Los motivos por los que Dragon Quest III fue uno de los JRPG más revolucionarios de la historia
¡Una revolución en 8 bits! Esto es lo que has de conocer.
Pocas franquicias han sido tan influyentes para el género del JRPG como Dragon Quest. Creada por Enix bajo el manto de Yuji Hori y con los diseños iniciales del gran Akira Toriyama, esta serie sentó las bases de cómo se debían hacer esta clase de juegos. Sobre todo en la época en la que comenzaron a despuntar dentro de la industria.
Dragon Quest III estaba basado en el punto de vista cenital, el sistema de combate por turnos, la progresión en base a la obtención de nuevas armas y armaduras, y todo un sistema JRPG bien construido que provocó su gran éxito a nivel internacional… Todo se veía en el primer título de la franquicia, lanzado al mercado nipón en 1986.
Y, aunque Dragon Quest II mantuvo el nivel, no consiguió alcanzar el nivel de influencia de la primera entrega. Esto solo lo conseguiría Dragon Quest III. De ahí que queramos hacerle una entrada especial.
Resumen
La clásica historia del bien contra el mal
Dragon Quest III fue el título más importante (que no el más rompedor, pues ese título lo tendría su secuela) que Enix lanzó durante la década de los 80. A fin de cuentas, se trataba del colofón último de la trilogía original, un juego mucho más grande y ambicioso que ponía en práctica todo lo aprendido en las entregas previas.
Y que consiguió captar la atención de los fans del género, y sirvió para cimentar todavía más la franquicia en el mundo de los vidoejuegos.
Dragon Warrior III
Seguramente conocerás si eres fan de la saga, que esta entrega se lanzó originalmente con el nombre de Dragon Warrior III en Norteamérica, casi como una estrategia de marketing para ir conquistando poco a poco a una sociedad que veía los JRPG como juegos de nicho y más apartados. Algo que no ocurría en Japón, donde triunfó originalmente bajo el nombre de Dragon Quest III.
La trayectoria inicial del juego
Hay que destacar que el título fue lanzado originalmente para la Famicom en Japón, y luego se lanzó a la NES en el mercado occidental. Años más tarde fue llevado a la Super Famicom en forma de remake (en el año 1996 para ser más exactos).
Y finalmente acabó aterrizando en la Game Boy Color en el año 2001, dejando más que patente que la franquicia estaba siendo un éxito. La historia del juego además se separaba de la de los dos juegos anteriores, lo que le permitió explorar otros terrenos y otras historias diferentes que consiguieron cautivar a miles de jugadores por aquel entonces.
La jugabilidad que revolucionó el género JRPG
Este juego fue prácticamente uno de los primeros precursores en apostar por un sistema jugable mixto. Donde cada personaje tenía una clase distinta, además de la clase héroe que sólo tenía nuestro protagonista. Además el juego nos daba la oportunidad de conformar nuestro grupo de soldados para batallar contra monstruos únicos e increíbles.
La interfaz era intuitiva y un auténtico disfrute para los fans, el sistema por turnos del combate fue muy extenso, bien trabajado y supo encajar a la perfección con lo que miles estaban buscando del juego por aquel entonces. Además fue un revulsivo en el mundo abierto en los videojuegos.
- El ciclo día y noche también se introdujo en el título.
- Algunos personajes y misiones sólo se podían cumplir dependiendo de la hora del día.
- Una gran capacidad de personalización de combate.
- Equipo, habilidades y estrategias de batalla.
Por todo esto y mucho más, este título fue un gran revulsivo para el género JRPG en el pasado. ¿Estás de acuerdo?
