[Avance] ‘Rhythm Paradise Megamix’
Para Nintendo 3DS no pasa el tiempo. Sus casi seis años de vida no son una excusa para seguir recibiendo títulos y pulir un catálogo amplio y sólido, que ofrece variedad para todos los gustos y colores. La cercanía de la futura plataforma de sobremesa de Nintendo no ha sido un impedimento para que la portátil cuente con motivos más que suficientes, de aquí a mediados de 2017, para continuar siendo la reina indiscutible de la generación (si se me permite el atrevimiento). Nintendo 3DS parece vivir en otro mundo, ajena a la fugacidad de sus hermanas mayores.
Uno de los títulos que forman parte de la segunda juventud de la portátil es Rhythm Paradise Megamix, la vuelta de la disparatada franquicia propiedad de Nintendo. Una serie musical que detrás de ese look desenfadado esconde toda una bestia parda. Y es que si todo sigue donde debería estar Megamix será otro duro reto para el jugador, del que apenas hemos podido profundizar en este primer contacto.
Las pruebas musicales, o minijuegos, son la seña de identidad de cada una de las distintas entregas de la serie y de la propia en sí respecto a otros títulos del género en el catálogo de Nintendo 3DS. Su frescura y jugabilidad directa juegan a su favor sin descuidar el terreno de las notas, donde se desenvuelve a las mil maravillas con su particular visión de la música.
Si hay algo que no se le puede negar a Megamix es su originalidad, otra de las cartas de presentación de la franquicia. Quitarle los pelos a una hortaliza con unas pinzas es sencillamente genial, y ahí radica, también, uno de los puntos sobre los que valorar cómo responde a las expectativas el próximo lanzamiento de 3DS: los nuevos minijuegos.
Durante las casi dos horas de juego que le hemos dedicado al título, hemos probado un total de nueve pruebas musicales diferentes. A golpe de ritmo, el jugador será la solución de los problemas de los habitantes de Paradisia, una serie de catastróficas desdichas que sirven como excusa perfecta para introducir los minijuegos. Un popurrí de entregas anteriores (Game Boy Advance, exclusivo de Japón; Nintendo DS y Wii) más los diseñados para Megamix, como Frutoncesto y Escalera Frutal, que no desentonan con respecto al grupo.
La mecánica de los minijuegos es fácil de comprender pero complicada de manejar a la perfección. Es tan simple y directo como pulsar el botón en el momento indicado, pero con distintos rangos a la hora de ejecutarlo. La pantalla inferior de la portátil mostrará cómo de certeros hemos sidos, ayudándonos en forma de guía cuando se nos atragante el ritmo a seguir; una novedad que se agradece. Según nuestra efectividad, el jugador se verá recompensado con monedas para gastar en la cafetería, de la que poco puede conocerse en estos primeros compases del juego y de la que os hablaremos más largo y tendido en las impresiones finales del título.
Este primer vistazo es sólo la punta del iceberg. La base se mantiene, pero queremos ver cómo evoluciona a medida que el jugador avanza; y sobre todo, los nuevos minijuegos. Las capacidades de Nintendo 3DS pueden ofrecer posibilidades jugables únicas, además de exclusivos modos de juego, con los que atraer a los asiduos a la franquicia que necesiten ese factor sorpresa que termine por convencerles para lanzarse a por él.
Rhythm Paradise Megamix aterriza en octubre en la bipantalla de Nintendo como una de las novedades más destacadas de cara al tramo final de año. La disparatada serie musical regresa al terreno portátil tras su paso por Wii y cerca de seis años después de su estreno en Nintendo DS con Rhythm Paradise, el primero de la serie en dar el salto fuera de fronteras niponas. Nosotros, hasta entonces, estaremos manos a la obra.