[Análisis] BlazeRush

Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] BlazeRush

No podemos engañarnos, Nintendo Switch posee una gran cantidad de títulos de conducción, unos de corte arcade y otros de corte más simulación, haciendo que decidirnos por adquirir uno sea casi una quimera. BlazeRush viene a poner esta decisión aún más difícil con su acción, velocidad pura, frenetismo y, sobre todo, una buena dosis de sentido del humor. ¿Calentando motores?

¡Acelera, dispara y estréllate!

La simplicidad, a veces, puede ser muy beneficiosa. Esa es la premisa básica de este título, ser sencillo y directo, que cualquier jugador pueda llegar a disfrutar de él sin necesidad de ser todo un experto en juegos de carreras. Para tal menester, diseña un control que es fácil de entender y de dominar: con el stick izquierdo o el derecho controlaremos la dirección del coche; con el botón A dispararemos; y con el botón B utilizaremos el turbo. Parece sencillo y lo es, pero los escenarios enrevesados, las caídas, los ataques de nuestros enemigos, aprender a acelerar en el momento oportuno y demás le dan un toque muy espectacular al título.

Cada uno de los coches que podremos ir desbloqueando poseen ciertas particularidades que les hacen diferentes unos de los otros: masa, aceleración y la manejabilidad. Estas tres cualidades, así como otra que prefiero que descubráis por vosotros mismos, harán que conducir un semi-tanque no sea igual que conducir un aerodeslizador, por poner un ejemplo. A medida que avancemos, nos daremos cuenta de que ciertos coches son más recomendables para carreras de velocidad, mientras que en situaciones de confrontación pura son los coches más pesados, los cuales soportan más los golpes y ataques enemigos, son los reyes.

Si algo sabe BlazeRush es que hacer siempre lo mismo aburre a cualquiera. Pues bien, una de las particularidades de este juego será que no solamente batallaremos en carreras, sino que dispondremos de otros modos de juego frenéticos y muy adictivos. Dentro de ellos dispondremos de, como no podría faltar en un juego de carreras, de contrarreloj que nos exigirán el máximo de nosotros mismos para bordar una vuelta. Por otra parte, dispondremos de un modo, el que a mí más me ha gustado, donde una máquina “destroza coches” nos irá pisando los talones y ganaremos puntos si somos los últimos a los que elimina, generándose una batalla brutal y encarnizada por no quedar aplastados por ella. Tan pronto como nos pongamos a jugar por primera vez, nos daremos cuenta de que llevamos casi una hora dándole caña a más no poder, disfrutando como críos y repitiéndonos eso de “una partida más y lo dejo”.

El modo offline del título me ha parecido uno de los mejores que he jugado en años. Es cierto que nos cuentan una historia, en inglés, pero no podríamos decir que sea precisamente elaborada o rica. Nos ofrecen un contexto, una mera formalidad para indicarnos que tenemos que seguir conduciendo, nada más. Se nos irán abriendo más carreras a medida que participemos en más eventos y ganemos más medallas, las cuales nos piden que cumplamos distintos objetivos: gana la carrera, acaba con “x” enemigos, supera una contrarreloj en “x” tiempo, etc. No puedo decir otra cosa salvo que engancha. Los más completistas querrán conseguir todas las medallas y no es tarea fácil.

Un multijugador donde morirse de risa

El multijugador local y el online nos ofrece los mismos modos de juego, pero en compañía. Jugar en modo local con un amigo y disfrutar de ganarle una carrera es algo que no puede faltar en todo buen título de coches que se precie. Por otro lado, pelearnos con desconocidos en su modo online es todo un descontrol. Si el juego, de por sí, ya es frenético y desconcertante, jugado en compañía hará que los piques, las peleas y las risas estén aseguradas. No obstante, he notado problemas de desconexión bastante graves, y eso que las partidas suelen ser cortas, o un lag exagerado en ciertas ocasiones. Encontrar partida online me ha resultado un poco tedioso en algunas ocasiones, pero es algo entendible si el juego carece de una base grande de jugadores.

La belleza de la destrucción

Algo que me ha parecido una delicia de este juego han sido sus animaciones y escenarios. Cada uno de los coches tiene un movimiento, una kinestésica de lo más particular y ver cómo chocan, vuelan por los aires o se estrellan es, sencillamente, perfecto. Por otro lado, los escenarios cambiarán a medida que avancemos y evitarán esa sensación de repetitividad que, a pesar de todo, terminará sucediendo. Sin embargo, la paleta de colores y la gran diversidad de circuitos es algo de lo que sus creadores deben de estar orgullosos porque lo han bordado.

Si hablamos de la banda sonora, esta nos muestra melodías bastante moviditas de rock o de corte más electrónico, lo cual casa a la perfección con el título en sí mismo. El principal problema es que la repetitividad está ahí y acabaremos por reducir, al mínimo, la música para deleitarnos con el sonido de los motores, disparos y explosiones del propio título.

Conclusión final

Blazerush ofrece frenetismo y adicción a partes iguales. La ingente cantidad de horas que pasaremos a los mandos en su modo offline, entre unas 8-10 si somos completistas, y que aumentará con su multijugador local y online, hace que recomendar este juego sea algo obligatorio por nuestra parte. Ofrece una gran variedad de escenarios y automóviles para que nos volvamos locos mientras repartimos estopa a diestro y siniestro.

BlazeRush está disponible en la eShop a un precio de 11,99 euros y ocupa un total de 500 MB.

7.0

[Análisis] BlazeRush

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • La sensación de velocidad y desenfreno.
  • Los controles y la jugabilidad son perfectos.
  • Todas sus modalidades de carreras desbordan creatividad.
  • Duración muy alta si queremos conseguir todas las medallas.
  • El modo multijugador, tanto local como online, son perfectos.
  • Apartado artístico encomiable.
Flojea en:
  • La banda sonora es realmente repetitiva.
  • Algunas medallas se vuelven una quimera conseguirlas.
  • La dificultad, en ciertos momentos, sube de forma brusca.
  • No todos los modos de juego son igual de divertidos.
  • Problemas de conectividad online y lag.