[Análisis] Trials Rising

Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Trials Rising

Hay juegos que nacen con una premisa básica: enganchar al jugador para que lo vuelva a intentar. Trials Rising no solo logra dicho objetivo, sino que se supera a sí mismo con un título redondo en, casi, todos sus aspectos. Su perfecta curva de dificultad, la duración y esa pizca de imaginación en el diseño de niveles para dejarnos con ganas de ver el siguiente, es apasionante. Como se diría en mi tierra, “vas a hocicar” de lo lindo, pero volverás a probar suerte y reponerte de los mil y un golpes para conseguir esa ansiada medalla de platino. ¡Enciende el motor y a por la siguiente rampa!

Rendirse no es una opción

Si tuviera que definir a Trials Rising en pocas palabras sería “extremadamente adictivo” y este hecho no lo logra simplemente copiando lo que en anteriores entregas había llegado a hacer. Es cierto que su esquema de juego se basa en la simplicidad que ya había puesto en marcha en anteriores juegos, pero mejora lo que funcionaba. Esto atrae a viejos jugadores de la saga, así como a los nuevos, puesto que los “tutoriales” se suceden en el tiempo con una precisión maravillosa y enseñan absolutamente todo lo que un novato requiere, así como recuerdan lo que un viejo conocido necesita. No, no penséis que jugar es difícil, para nada, apenas acelerar y frenar, bien con los gatillos o con el joystick derecho (preferible la segunda opción a mi parecer) y controlar el movimiento del piloto y la moto con el joystick izquierdo. Eso sí, lo que a priori es sencillo, con el paso del tiempo nos daremos cuenta de que dominarlo cuesta enormemente, puesto que tendremos que reaccionar y adaptarnos al siguiente escollo que nos encontremos.

Después de unas cuantas horas, y de unas cuantas visitas de nuestra cara al asfalto, notaremos que los controles se adaptan como un guante y que, a su vez, nosotros nos adaptamos a ellos en un mutualismo frenético. Encadenar saltos, gigantescos y espectaculares algunos de ellos, y ser capaces de colocar nuestra moto en una posición perfecta para avanzar por cuestas, desniveles o bajadas trepidantes se hace realmente divertido, ameno y sobrecogedoramente adictivo. El flow en este juego es vital, deberemos de mantener siempre una velocidad medianamente constante y adaptarnos a el escenario, puesto que este suele contar con trampas y algún que otro atajo que nos puede servir para batir récords. Los chicos y chicas de RedLynx no se han dormido en los laureles y, de verdad, repetir un mismo circuito por vigésimo tercera vez no resulta frustrante, puesto que el jugador solo es capaz de pensar en que “este intento me va a salir bien” . Una vez conseguirlo, de haber sido capaz de dominar un circuito, de haber dominado las rampas, haber controlado la tracción de la moto y, encima, conseguir hacer alguna que otra pirueta en el aire, todo ello ofrece una sensación de logro y satisfacción que pocos juegos consiguen.

Horas y horas de adrenalina

Para comenzar, en el modo carrera se nos permitirá “crear” un avatar o personaje. No, no os esperéis nada del otro mundo porque apenas son unos simples parámetros. Eso sí, al cabo del tiempo, tras conseguir o comprar ropa o abalorios nuevos, podremos personalizar casi por completo la apariencia, en cuanto a vestimenta, de nuestro personaje. Al igual que ocurre con nuestro avatar, ocurre con nuestra moto, puesto que ella es, casi, más importante que el propio piloto, mereciéndose que nos pasemos un buen rato cambiándole el color a cierta parte o añadiéndole pegatinas para hacerla única. De todas formas, este apartado, bajo mi punto de vista, es el más cuestionable, puesto que conseguir los desbloqueables requerirá comprarlos a precios exorbitados (puesto que las ganancias por carrera son nimias), consiguiendo ciertos objetivos de los contratos o bien adquiriendo cajas de equipo o habilidad al subir de nivel, por ejemplo. Eso sí, estas cajas pueden contener elementos repetidos y no sabéis lo frustrante que resulta recibir el mismo pantalón 5 veces consecutivas… Obviamente, siempre están los siempre cuestionables micropagos, aunque no repercuten en la jugabilidad de modo alguno y solo sirven a modo estético, sigo pensando que son innecesarios y que no deberían de haberse incluido.

Siguiendo con las cosas positivas, que tiene muchas este juego, deberíamos añadir que la cantidad de eventos que dispone el título es escandalosamente alta (más de 120). Comenzando desde los Trials de nivel fácil, iremos subiendo escalones a la vez que sube nuestro nivel con cada evento ganado. Además, los contratos suelen disponer de un objetivo a cumplir, otorgándonos un plus de lo más importante para nuestra experiencia. A todo ello, este Trials se basa en los trucos que efectuemos durante las partidas. Es cierto que, en un principio, nos centremos en llegar del punto A al punto B, pero, a medida que ganemos práctica, empezaremos a llevar a cabo virguerías en la moto que, incluso, nos asombrarán a nosotros mismos, siendo recompensado por el propio juego. Os vais a pasar muchas horas pegados a la consola gracias a un modo carrera de lo más longevo y atrevido, con un toque de humor que se palpa en los escenarios, así como en los mensajes de “ayuda”.

Los escenarios se merecen una mención privilegiada. Es cierto que hay algunos más currados que otros, pero, como norma habitual, suelen dejarnos con la boca abierta. Nos moveremos por todo el globo, prácticamente de país en país, para disfrutar de una amalgama de localizaciones propias que han sufrido un “pequeñito” cambio para volverlas inverosímiles e hilarantes. Desde la tomatina española, hasta una película de alienígenas con sus naves espaciales y todo en Hollywood o ir saltando desde un avión o cazas en pleno vuelo. Y, lo más importante, disfrutaremos de todos esos parajes mientras nos movemos a toda velocidad encadenando saltos, caídas, acelerones y frenazos con mucha fluidez. Es una salvajada lo que han logrado desde RedLynx, chapó.

Multijugador divertido y una maravilla la creación de mapas

Sí, si os parecía poco lo que ya el título ofrecía en su parcela offline, os va a sorprender que podemos crear y diseñar nuestros propios niveles. Parece evidente que esto depende de la creatividad de cada uno, pero dispondremos de una gran cantidad de herramientas para perfilar lo que será nuestra “Capilla Sixtina” en cuanto a Trials se refiere. No nos olvidemos que esta herramienta es la que se usa desde el propio estudio, por lo que, si somos creativos, podremos llevar a cabo creaciones de lo más ostentosas y complejas. Al principio resulta un tanto liante y difícil movernos por el menú y añadir aquellos objetos que queremos, pero nos acostumbraremos fácilmente y diseñaremos lo que queramos en un abrir y cerrar de ojos. Este añadido hará que el juego siga manteniéndose vivo gracias a la propia comunidad, todo un acierto.

Además, disponemos de un online que nos permite competir contra otros jugadores de todo el mundo. Eso sí, por ahora, solo podremos competir con otros pilotos por los tiempos. Esto quiere decir que no hay una competición como tal, sino que querremos pelearnos por disponer de los mejores tiempos. Como no podía faltar, dispondremos de un multijugador local que resulta de lo más divertido si lo jugamos con amigos. No solo por el pique de ganar, sino por las mil y una risas que se crean ante las caídas propias y ajenas.

Unos gráficos con altos y bajos

Si bien hemos alabado el magnífico trabajo de diseño de niveles, es cierto que los gráficos de Switch están un escalón por debajo del resto de versiones. En modo portátil, se observa una borrosidad que en modo TV deja de presenciarse. Se puede jugar, aunque es molesto al principio, peso a todo, es acostumbrarse. Por otro lado, los escenarios mantienen una niebla en la lejanía en la mayoría de ellos, esto sirve para evitar revelar una distancia de dibujado bastante pobre. A pesar de todo, la belleza de la mayoría de los niveles hace que pasemos por alto estos pequeños defectillos. Otra cosa reseñable son las breves, aunque existentes, caídas de fps que sufre el juego según qué carrera disputemos. No, no sucede siempre, pero sí aparecen de vez en cuando allí y allá y entorpecen un poco el juego.

La banda sonora dispone de canciones, algunas más conocidas que otras, de rock, punk, heavy y trap que casan muy bien con el estilo del juego. Me hubiera gustado mayor variedad, puesto que no estamos hablando de una gran cantidad de canciones y, además, se parecen tanto entre sí algunas veces que satura. Si hablamos del sonido de las motos y el escenario, estas harán las delicias de los fans, puesto que encontramos diferencias entre el sonido de los motores de los distintos tiempos de motocicletas que utilicemos.

Conclusiones finales

Poder disfrutar de este increíble y adictivo título donde queramos gracias a la portabilidad de Switch, no tiene precio. No solo está diseñado para los acérrimos de la saga, sino que también busca atraer a nuevos adeptos. Es cierto que tiene algún que otro “pero” en los gráficos, pero se puede pasar por alto gracias a lo maravillosamente bien diseñados que están sus niveles. Por otra parte, su jugabilidad ágil y adictiva nos hará caer en ese bucle infinito por superarnos a nosotros mismos y, por supuesto, superar los tiempos que otros individuos anónimos de la comunidad tuvieron la osadía de llevar a cabo. Todo un “must have” si eres fan de la saga y si no, también.

Trials Rising está disponible en formato físico y digital a un precio de 24,99€ y ocupa un total de 7,9 GB.

9.0

[Análisis] Trials Rising

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Jugabilidad sencilla y sus mecánicas desafiantes.
  • Perfecto diseño de niveles.
  • Gran rejugabilidad.
  • Modo carrera longevo.
  • La posibilidad de crear nuestros propios niveles.
Flojea en:
  • El multijugador online podría decir algo más.
  • Pequeños fallitos en los gráficos, demasiada niebla y borrosidad.
  • Los micropagos y las cajas de equipo chafan la personalización.


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