Activision admite que los resultados de sus recientes despidos son impredecibles y no aseguran un mejor funcionamiento de la empresa
Hace tan solo unos días la gigante de la industria Activision Blizzard publicó su reporte anual “Form 10-K“, en el que compartió principalmente con sus accionistas pero también con todos sus seguidores, algunos de los temas de mayor importancia que rodean su negocio.
Entre los diferentes temas de este gran archivo la compañía habló acerca de los inevitables riesgos que vienen con su reciente reestructuración, con la que despidió al 8% de sus empleados. Activision afirma que las esimaciones acerca de los resultados y ahorros que este cambio supondría están sujetos a múltiples variables que no siempre están bajo su control, y esto ni siquiera asegura que su negocio será “más eficiente o efectivo” que antes de aplicar la estrategia.
Podéis encontrar su declaración completa a continuación:
Si bien creemos que este plan de reestructuración nos permitirá brindar mejores oportunidades para el talento y una mayor experiencia y escala en nombre de nuestras unidades de negocios, nuestra capacidad de conseguir los beneficios deseados y anticipados del plan de reestructuración dentro de nuestro plazo de tiempo fijado está sujeta a muchas estimaciones y suposiciones, y el ahorro real y el calendario para dichos ahorros puede variar materialmente en función de factores tales como las regulaciones laborales locales, las negociaciones con terceros y los requisitos operativos. Estas estimaciones también están sujetas a importantes incertidumbres económicas, competitivas y de otro tipo, algunas de las cuales están fuera de nuestro control.
Además, no puede haber ninguna garantía de que nuestro negocio sea más eficiente o efectivo que antes de la implementación del plan, o de que no se requerirán o implementarán planes de reestructuración adicionales en el futuro. La implementación de este plan de reestructuración también puede ser costosa y perjudicial para nuestro negocio o tener otras consecuencias negativas, como el desgaste más allá de nuestra reducción planificada en la fuerza laboral o impactos negativos en la moral y la productividad de los empleados, o en nuestra capacidad para atraer y retener empleados altamente calificados. Cualquiera de estas consecuencias podría tener un impacto negativo en nuestro negocio.
