Duke of Lancaster: La curiosa historia de un barco legendario y olvidado

El Duke of Lancaster fue un navío legendario que fue absorbido por el océano tempestuoso y mortal, a la par que por las nieves del olvido. Un barco portentoso con un tesoro mítico que ayudó a realzar la vieja leyenda. El buque sirvió como ferri a lo largo de su extensa vida, y a día de hoy, es considerado uno de los monumentos más increíbles y más bellos de analizar y estudiar por los amantes del océano y las leyendas marítimas. Un buque que guardó en su interior un gran tesoro.

Detalles sobre el TSS Duke of Lancaster

El crucero ‘El Duque de Lancaster” operó entre 1956 y 1979, siendo un completo centro de entretenimiento para todas las edades. Su ruta abarcaba un recorrido por Europa, donde los tripulantes disfrutaban de las instalaciones y vistas, además de contar con 50 máquinas recreativas a su disposición. No obstante, cerró en 1983 y ha permanecido abandonado desde entonces.

Un tesoro que pudo salvarse

El ferri TSS Duke of Lancaster guardó durante 30 años un tesoro de valor incalculable. De hecho el tesoro está relacionado más concretamente con los videojuegos, recreativas y arcade. Tal y como lo oyes, este mítico ferri pasó a mejor vida, pero en sus entrañas moraba un tesoro oculto que se mantuvo impertérrito por décadas. Un total de 50 máquinas arcade que lograron mantenerse más o menos intactas al paso del tiempo y a las condiciones del entorno.

El Duke of Lancaster fue un barco abandonado en las costas de Gales en el año 1983. Fue en el año 2009 cuando un grupo de investigadores publicó algunas fotos del interior del enorme ferri que acabó siendo dejado y abandonado en las mareas del olvido, pero cuyo tesoro le hizo resurgir de nuevo.

De hecho esta evidencia en vídeo y en imágenes permitió que el Duke of Lancaster resurgiera de sus cenizas. Con un mundo totalmente entregado al entretenimiento y al coleccionismo, fue cuestión de tiempo que miles comenzaran a interesarse por la historia y los secretos de este navío.

Algunas declaraciones de los investigadores fueron:

“Pasé 8 meses tratando de contactar a los propietarios del lugar. donde podía ver los juegos. Finalmente me puse en contacto con ellos en enero de 2011. Entonces, en febrero de 2011, otros dos coleccionistas y yo condujimos durante lo que pareció una eternidad hasta que llegamos a nuestro destino.”