[Análisis] Ghostrunner para Nintendo Switch

Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Ghostrunner para Nintendo Switch

Ghostrunner es un videojuego de acción en primera persona, desarrollado por el estudio independiente One More Level en colaboración con 3D Realms y Slipgate Ironworks, y distribuido por 505 Games, el cual está ambientado en un futuro de estilo ciberpunk en el que toda la humanidad se ha refugiado en una gigantesca torre.

Encarnaremos a un guerrero cibernético y tendremos que luchar contra una terrible amenaza tanto en el mundo físico como en el cibernético, abriéndonos paso con nuestra katana y esquivando multitud de obstáculos y peligros por el camino.

Aunque este título estaba previsto para lanzarse en todas las plataformas el pasado 27 de octubre, la versión de Switch fue retrasada inicialmente hasta el 10 de noviembre (de hecho ese día estuvo disponible, pero fue retirado al cabo de unas horas para volver a ser retrasado). Actualmente su fecha de lanzamiento está prevista para el próximo mes de diciembre.

¿Estáis preparados para este desafiante título?

Jugabilidad

Ghostrunner  destacar por ser un título que combina plataformas, combates y puzles para traernos una experiencia frenética y exigente. Nuestro personaje será capaz de realizar diversas acciones: correr, saltar, deslizarse, impulsarse y usar un gancho cibernético. Por sus movimientos de parkour recuerda a títulos como Mirror’s Edge (que podría decirse que es una predecesor espiritual), apostando por un estilo de acción rápido y acrobático en el que el más mínimo error se paga con la vida. Estamos ante un título muy desafiante,  ya que podemos matar de un golpe, pero también podemos morir de un golpe. Por lo tanto la rapidez y precisión con la que actuemos será clave para poder avanzar. Cualquier salto impreciso, toque o disparo recibido acabará con nosotros. Hay que dejar claro desde el primer momento que en nuestra primera partida moriremos muchísimas veces. Pero no hay de qué preocuparse, ya que volveremos de inmediato al último punto de control tan solo pulsando un botón, por lo que la jugabilidad no se resiente en este sentido, fluyendo todo de forma muy orgánica. De hecho, algunos picos de dificultad pueden llegar a desesperar, por lo que no es un juego apto para jugadores con poca paciencia.

Nuestro objetivo en el juego será ir avanzando por los niveles de la Torre Dharma, que resulta que es el último bastión de la humanidad tras un apocalipsis. En el piso superior nos espera una tirana que tiene dominados a los últimos humanos, haciendo con ellos lo que le viene en gana. Pero no estaremos solos en nuestro periplo, ya que nos acompañará Arquitecto, una IA aliada que actúa como guía y que no solo nos narrará detalles de historia del juego, sino que también nos ayudará a desbloquear nuevas acciones, habilidades y potenciadores.

Contamos con un magnífico control de nuestro personaje, por lo que más allá de que necesitaremos un determinado periodo de adaptación, una vez nos hagamos con él resulta de lo más satisfactorio y acabaremos realizando acciones de lo más vistosas. En este sentido el juego es muy justo, y a pesar de que es difícil, nunca sentiremos que hemos muerto de forma injusta, sino por falta de habilidad.

Para avanzar deberemos no solo acabar con los enemigos y jefes finales (aunque de estos últimos hay pocos) a espadazos con nuestra katana (podremos realizar parrys), sino también superar ciertas secciones plataformeras (esquivando peligros con un dash que ralentiza el tiempo, corriendo por suelo y paredes, y deslizándonos) y resolver puzles. Conocer muy bien los niveles es la clave para avanzar, lo cual se consigue en base a ensayo y error. No serán pocas las veces que moriremos, pero tiene ese punto de enganche que hace que siempre quieras volver a intentarlo. De hecho, la velocidad es uno de sus fuertes, ya que está pensado para completar los niveles lo más rápidamente posible, para lo cual será imprescindible hacer uso de mejoras y habilidades, añadiendo ese toque de reto para intentar completarlos en el menor tiempo posible. Como es lógico a medida que avancemos cada vez ser irá volviendo más complicado, pero por suerte también contaremos con secciones más tranquilas en un espacio virtual llamado Cibervacío, donde iremos desbloqueando habilidades (cuatro concretamente), resolviendo puzles y donde el detenerse a pensar es la clave. Por otro lado, para usar las habilidades especiales necesitamos Concentración, la cual se regenera de forma pasiva con el tiempo y de forma activa al matar enemigos.

En el Panel de Calibración de Subsistemas de Ghostrunner (PCS) podemos configurar nuestras habilidades y parámetros como mejor nos convenga. Este panel tiene varios espacios que podemos llenar con módulos potenciadores. Cada módulo potenciador que coloquemos en el panel otorga bonificaciones  a una característica o mejora una habilidad. Podemos colocar los módulos  potenciadores en el panel en cualquier orden y reorganizarlos cuando queramos, así que es interesante ir experimentando para probarlos todos. A medida que mejore nuestra conexión con el Ciberespacio, podremos acceder a módulos más avanzados y además la cantidad de espacios de PCS aumentará y deberemos encajarlos todos al más puro estilo Tetris.

Pero sin duda uno de los aspecto que más me han gustado es el hecho de que a pesar de que la “rutina” de juego es prácticamente la misma a lo largo de nuestra aventura, Ghostrunner sabe introducir de forma progresiva a lo largo de los niveles las suficientes novedades, tanto en el entorno como en los diferentes tipos de enemigos (con armas de fuego, con escudos, máquinas que disparan rayos horizontales, ninjas, etc.), para que el jugador nunca deje de sorprenderse, lo cual siempre se agradece. No obstante no todo es bueno, ya que aunque en cada nivel contaremos con muchos puntos de control, no existen puntos de guardado. Eso se traduce en que si no completamos un nivel y por el motivo que sea debemos dejar la partida, deberemos empezar dicho nivel otra vez desde el principio. No obstante, este aspecto tampoco es excesivamente preocupante, ya que en Switch podemos apagar la consola dejando en pausa el juego para seguir desde el punto exacto en que lo dejamos. Una vez superado cualquiera de los capítulos nos indicará el tiempo que hemos tardado yel número de muertes, y se desbloqueará el siguiente y a partir de entinces podremos seleccionar cualquiera de los que hayamos terminado para jugar de nuevo.

Finalmente hay que destacar que este título, como la mayoría de juegos de Switch, puede jugarse en modo portátil, modo sobremesa y modo televisor. Además también es compatible con el mando Pro de Nintendo Switch, el servicio de suscripción online de pago y el servicio de guardado de datos en la nube.

Gráficos y sonido

Ghostrunner es un título desarrollado con el motor Unreal Engine que destaca por su ambientación ciberpunk. Este tipo de estética está muy en auge, resultando muy colorida, gracias a sus luces de neón. Aunque el juego luce bien en Switch tanto en modo TV como en modo portátil, lo cierto es que se nota el recorte gráfico respecto a otras versiones.  Algunas texturas son mejorables, se ve más luminoso y elementos como charcos y ciertas superficies no lucen todo lo bien que deberían. Por ejemplo hay algunas superficies del suelo que tienen una rejilla, la cual va apareciendo a medida que avanzamos dando una sensación bastante rara.

A nivel sonoro, destaca por buenas melodías compuestas por Daniel Deluxe, buenos efectos de sonido que acompañan perfectamente el frenetismo de la acción. Finalmente cabe destacar que cuenta con voces en inglés y textos en español. La única pega en este sentido es que si no tenéis buen conocimiento de inglés e intentáis seguir la historia leyendo los subtítulos, puede ser una tarea bastante complicada en los momentos más frenéticos.

Duración

Ghostrunner está compuesto de un total de 17 niveles bastante extensos, los cuales pueden superarse en aproximadamente unas 10-12 horas. Como he comentado anteriormente, se trata de un juego desafiante, por lo que es muy complicado establecer un número de horas concreto, ya que puede variar en función de la habilidad de cada jugador. Aunque en general, salvo alguna excepción, son largos, cualquier jugador con habilidad podría superarlos en cuestión de minutos conociendo el recorrido sin morir.

Estamos ante un título rejugable, ya que no solo cuenta con diferentes coleccionables (artefactos, grabaciones y diseños para la espada) sino que nos invita a superar los tiempos de cada nivel, lo que encantará los jugadores aficionados a los speedruns, o jugadores competitivos en general para intentar completarlos  en el menor tiempo posible.

Curiosidades

Ghotrunner contará con una edición en cartucho para Nintendo Switch. Se trata concretamente de la versión física japonesa de Ghostrunner, que incluye además la banda sonora oficial del juego. Los interesados pueden consultar su disponibilidad internacional en este enlace con un envío previsto para el 28 de enero de 2021. Por el momento no se ha confirmado para Occidente, donde solo está disponible en formato digital.

Conclusión

Ghostrunner, pese a los retrasos, es un título que ha valido la pena esperar, siendo muy frenético y variado. Su estética ciberpunk y la banda sonora le sientan como anillo al dedo, resultando desafiante y espectacular por momentos, por lo que es muy recomendable para los amantes de la acción en primera persona.

Ghostrunner está disponible en formato digital, a través de la eShop de Switch, desde el 9 de diciembre a un precio de 29,99€. Deberéis tener un espacio libre en vuestra consola o tarjeta microSD de 8,3 GB para poder descargarlo.

8.0

[Análisis] Ghostrunner para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Muy recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Su genial ambientación ciberpunk.
  • Muy desafiante, frenético y variado.
  • La pericia que gana el jugador en base al ensayo y error.
  • Resulta muy rejugable.
Flojea en:
  • La historia queda en un segundo plano.
  • A nivel gráfico es mejorable.
  • Algunos picos de dificultad pueden llegar a desesperar.


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