[Evento] Mi experiencia con Aragami: Shadow Edition

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[Evento] Mi experiencia con Aragami: Shadow Edition

De la mano del estudio independiente español Lince Works llega Aragami a Nintendo Switch, un juego indie centrado en el sigilo que se inspira en famosas obras como Tenchu, Dishonored o Assassi’s Creed. ¿Merece la pena?

Aunque el juego ya se estrenó en su día para el resto de plataformas, hemos podido probarlo en Switch, y te contamos la experiencia que hemos tenido con el título. Recordad que también tenéis disponible nuestro análisis completo en este enlace.

El espíritu vengativo

Para meternos en situación, la historia nos cuenta la historia de un Aragami, que es un espíritu vengativo que ha sido invocado con el objetivo de liberar a la joven Yamiko, cuya familia fue asesinada por el clan Kaiho. Es una historia simple y sin muchas pretensiones, que si bien tampoco es la más original del mundo, habrá misterios a desvelar acerca del pasado de Aragami que nos mantendrá con interés, tanto por las ilustraciones animadas que nos muestra el pasado de los personajes como por los diálogos de los NPC que podemos escuchar si prestamos atención.

Ahora, lo que verdaderamente llama la atención es su apartado jugable, y es que como he mencionado es un juego basado en el sigilo pero con mecánicas propias que lo hacen muy interesante. Lo más llamativo es que, aunque si bien pretende usar la filosofía básica de cualquier juego de sigilo como permanecer agachado entre esquina y esquina hasta que pasemos inadvertidos ante los enemigos, destaca por el uso de las sombras, y es que el propio Aragami tiene la capacidad de transportarse a su voluntad a través de ellas, además que sirve como maná, así que permanecer en las sombras nos permitirá recargar nuestras habilidades (cosa contraria que ocurre al exponernos a la luz que las mermará). Esta capacidad es fundamental y sustituye a acciones básicas como podría ser saltar en cualquier juego del estilo, lo cual hace que estemos constantemente haciendo uso de ella.

En cuanto a su sistema de combate también el juego nos incitará a que permanezcamos ocultos en todo momento, ya que al contrario que ocurre con otros juegos aparentemente sigilosos, si vamos a lo loco completarlo será una tarea prácticamente imposible debido a que alertaremos al resto de enemigos de la zona y la letalidad es altísima (moriremos de un solo golpe la mayoría de las veces y cada vez que matamos a un enemigo nos quedamos muy expuestos), por ello la sombra será tu mejor aliada tanto para desplazarnos como para atacar enemigos. Aunque como he dicho, este juego se inspira en obras como Dishonored y también podemos completar las fases sin atacar a ni un solo enemigo.

Como he mencionado antes, nada más empezar contaremos con la habilidad de transportarnos en las sombras, pero más adelante conseguiremos mas habilidades como la de generar nuestra propia sombra, ocultar los cadáveres (que alertaran a los enemigos en cuanto lo vean), invocar dragones y mucho más, lo que en cierto modo incita a seguir jugando y a explorar los inmensos escenarios laberínticos que el juego nos ofrece.

No todo es perfecto, ya que por ejemplo la mecánica de transportarnos por las sombras en la teoría es buena y la mayoría de las veces funciona, pero puede ocurrir que no siempre podamos usarla como es debido, en parte debido a que muchas veces no logramos diferenciar cuando estamos apuntando a la sombra a causa de la iluminación y en parte porque el cursor no es todo lo preciso que nos gustaría. Además su jugabilidad puede acabar tornándose algo repetitiva después de un rato jugando.

Puro estilo oriental

Su apartado artístico es de las cosas que más llaman la atención del juego. El estudio se encontraba con un presupuesto limitado (era un proyecto que apenas empezó con 6 personas), así que la forma de hacer que destacase dentro de sus posibilidades era haciendo un estilo animado. Al principio probaron con algo más cartoon, pero lo fueron desechando a favor del Cell-Shading, que en el producto final como podéis apreciar se ve francamente bien. El uso de la iluminación, la inspiración asiática, las imágenes que nos cuentan la historia… en general se ha hecho un buen trabajo.

Además, quiero hacer una mención especial a su interfaz, concretamente la ausencia de esta. En Lince Works, en lugar de ofrecernos un minimapa, una barra que nos muestre cuanto queda de maná y demás elementos visuales presentes en trabajos similares, optan por darnos una pantalla limpia libre de interferencias. De hecho, la información como el maná se puede apreciar en la retaguardia del protagonista, es decir, en su capa. La única pega achacable en este punto seria que a veces a causa de la cámara no llegaremos a apreciar correctamente esta información.

Su banda sonora también está bien lograda, de nuevo, inspirada en la cultura oriental, normalmente con tonos calmados que nos meterán en ese ambiente sigiloso, pero que no dudará en tornarse frenética si la situación lo requiere y hay por ejemplo una emboscada enemiga. Sus efectos de sonido no se quedan atrás: el sonido de los insectos, las pisadas de tus pasos, el fuego al quemarse, la sombra al desplazarse, el filo de la espada al degollar enemigos… una delicia auditiva.

Algo parecido se podría decir del “doblaje“, que no es una actuación de voces como tal si no que han preferido que los personajes tengan un dialecto japonés (lo mismo, para meternos en situación), aunque no es un doblaje propiamente dicho, si no que usan ciertas palabras del idioma en los diálogos.

Únete al lado oscuro

En definitiva, Aragami es un titulo que busca hacerse un hueco en la portátil de Nintendo y pretende revitalizar ese género tan poco explotado como lo es el sigilo, y de una forma bastante única, especial y entretenida pese a algún que otro defecto.

El juego trae todos los DLC hechos hasta la fecha y estará disponible tanto en formato físico como digital el 22 de febrero. ¿Te lo vas a perder?