El mercado del videojuego portátil ha sido en los últimos años protagonizado por Nintendo, que creó el concepto de “juegos útiles”. Sin embargo, el crecimiento de iPhone en particular ha inquietado a la marca japonesa, cuyo reciente lanzamiento de la nueva Nintendo DSi parece una respuesta directa a la expansión de la plataforma de Apple. Salvo llamar por teléfono, la Nintendo DSi hace todo lo que un iPhone: reproduce música, toma pequeñas fotos, navega por internet, puede incorporar una pequeña agenda… En particular, han apostado por un sistema de descargas, Dsiware, inspirado claramente en el de Wii, pero que antes que nada es respuesta al exitoso iTunes.
Los juegos para Dsiware son más potentes que los de las plataformas móviles: el límite impuesto de 16 megas, aunque palidece ante la capacidad de las grandes consolas de sobremesa, multiplica el solitario mega habitual de las aplicaciones para teléfonos móviles. Aunque a priori este servicio debería servir para difundir juegos “independientes”, compañías como Gameloft ya han anunciado títulos exclusivos.
De momento, la dificultad para realizar pagos directos -hay que comprar puntos en tiendas- y la piratería que afecta a la DS -y a la que por ahora es inmune iPhone- son sus principales hándicaps.