[Análisis] Remothered: Tormented Fathers para Nintendo Switch

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[Análisis] Remothered: Tormented Fathers para Nintendo Switch

Con Remothered: Tormented Fathers, el estudio italiano Stormind Games nos trae un survival horror de la vieja escuela que se estrenó un año atrás en otras plataformas. ¿Está este port para Nintendo Switch a la altura? ¡Vamos a comprobarlo!

Misterio en la vieja Italia

El argumento de Remothered: Tormented Fathers nos pone en la piel de Rosemary Reed, una investigadora que llega hasta la casa del matrimonio Felton para resolver un misterio que lleva años sin solución.

Esto nos lleva a una situación bastante peliaguda, donde nos vemos atrapados en una antigua y enorme mansión con la misión principal de salir de ella, no sin antes investigar qué ha ocurrido realmente.

En este punto, no voy a extenderme demasiado, pues cualquier detalle que escriba aquí puede prestarse a ser spóiler. Sin embargo, tan solo os diré que la trama va hilando poco a poco sucesos que enganchan y nos crean esa sensación de querer saber cada vez más cosas.

Y es que el título ofrece una historia que, sin ser la mejor dentro del género, sí podría plantar cara a los más grandes, tanto por la forma  de presentárnosla como por los temas de fondo que acaban brotando entre escena y escena.

Un aspecto técnico que da miedo

Como decía, estamos ante un survival horror que parece haberse tomado en serio eso de desagradar. Y, en este caso, no se trata de un punto positivo, sino que el aspecto gráfico del título puede llegar a sacarnos de la historia.

Nada más comenzar, nos damos cuenta que se trata de un título que podría haber salido hace 15 años y no sorprendería a nadie. Las texturas son realmente pobres, la iluminación y los modelados de objetos y entornos dejan mucho que desear y el título cumple con todos los defectos gráficos que podamos imaginar: clipping, popping, inestabilidad en la tasa de frames… sin duda, una ristra de defectos que a más de uno pueden echar para atrás.

Y es que da la sensación que, técnicamente, estamos ante un port realmente pobre para Nintendo Switch del que podría haberse sacado bastante más partido. Probablemente, muchos sepáis que se lanzó un parche pocos días después de ponerse a la venta, para solucionar algunos defectos gráficos realmente inaceptables. Sin embargo, a pesar de que el parche pulió algunos errores, el título sigue teniendo una asignatura pendiente en su apartado técnico.

Cuando el sonido te salva

Por otro lado, y desmarcándose totalmente de los numerosos errores gráficos, encontramos un apartado sonoro que nos hace volver a creer en el título. Los efectos de tormenta de fondo, la madera que cruje en la mansión de los Felton, las voces que pueden hacernos llegar a sentir angustia… todo influye a crear una atmósfera realmente terrorífica.

Y en este punto, me ha dado la sensación de que el título quiere jugar con nuestra mente y nuestros miedos, con voces (en inglés, textos en español) y sonidos que parecen estar cerca cuando no lo están y mostrarse lejos cuando, en ocasiones, tenemos al peligro a escasos centímetros,

Mención aparte merece su gran banda sonora, obra de  Nobuko Toda, compositora conocida por poner la música a la saga Metal Gear. Y es que estamos ante piezas variadas que expresan con maestría lo que el juego quiere transmitir en cada momento.

¡Huid insensatos!

En el apartado jugable de Remothered: Tormented Fathers encontramos otra de las señas de identidad de un survival horrol clásico. Y es que, en la piel de Rosemary (por cierto, ¿no os recuerda a Clarice de El Silencio de los Corderos?) nos limitamos a huir, escondernos y, en ocasiones, usar dos tipos de objetos: de distracción, con los que atraer a nuestros peligros a otro lugar y los de defensa, con los que poder zafarnos de ellos si se da un caso extremo.

No contamos con armas como tal, salvo los objetos de defensa antes nombrados. No podemos disparar ni atacar como tal, y esto crea una mayor angustia cada vez que nos cruzamos con uno de estos peligros, pues solo podemos correr y escondernos.

En esta jugabilidad también tienen su papel las escenas QTE, donde debemos avanzar pulsando el botón que se nos indique en el momento adecuado. También tenemos momentos bastante angustiosos, donde ese QTE nos obliga a mantener la respiración con una prueba donde debemos mantener un punto dentro de un círculo con la ayuda de nuestro stick derecho.

Pero, no todo es bueno, ya que el control a veces juega una mala pasada, donde nuestra acción se ejecuta con retraso tras haberla solicitado o, directamente, no se ejecuta a la primera.

En este sentido, la mala optimización del título vuelve a hacer acto de presencia con algunos bugs que, sin ser excesivamente molestos, sí que pueden llegar a incordiar o cortarnos el ritmo. Por ejemplo, esos momentos donde perdemos la vida  y posteriormente la pantalla se queda fija, teniendo que dar al botón de pause para salir al menú principal y reiniciar desde el punto de guardado, en lugar de tener una opción más rápida para continuar. Los tiempos de carga al iniciar el juego y reanudar una partida, en ocasiones, se hacen demasiado largos.

La vida de una pesadilla

Completar Remothered: Tormented Fathers me ha llevado unas cinco horas. Sin embargo, esto puede depender del número de veces que debáis reiniciar desde un punto de guardado porque perdáis  la vida y del grado de detalle que mostréis en toda la investigación. Y es que los puntos de guardado en la casa son realmente escasos, y los encontramos en los espejos que disponen de un metrónomo justo debajo. No os fiéis, hay unos cuatro o cinco solamente para toda la casa, así que guardad la partida siempre que podáis.

Realmente, es un número corto de horas que llega a ser suficiente gracias a la intensidad con la que se mueve el título, dejándonos un buen sabor de boca. Además, hasta donde podemos saber, una segunda parte está en camino, así que esperemos poder verla en Switch con el tiempo.

Cuando acabamos la historia, tenemos como extra la opción de visualizar un libro de artes del juego (con explicaciones en inglés). Poco más podemos encontrar que nos haga querer invertir más horas en él tras completar su historia, salvo un apartado donde poder ver los coleccionables recolectados durante nuestra partida.

El dilema

Con Remothered: Tormented Fathers se me ha presentado un dilema realmente grande:

Por un lado, tenemos  a un título técnicamente muy pobre, un mal port de Switch al que le falta solventar muchos de los errores que presenta. Sin embargo, es un juego que consigue dar miedo y crear sustos a pesar de su aspecto gráfico.

Otra parte del dilema es que es un juego con una banda sonora de lujo, que acompaña a un título que apuesta por el survival horror clásico para cubrir un hueco en el catálogo de Nintendo Switch. Sin embargo, su mala optimización y bugs frecuentes, harán que pase con más pena que gloria entre los usuarios.

El dilema, en definitiva, es encontrar un juego con buenas intenciones, buena historia y la facultad de generar tensión y sustos, que acaba desinflándose por su aspecto y falta de cuidado en los detalles.

Conclusión

Remothered: Torment Fathers es un survival horror de la vieja escuela que pasará con más pena que gloria por el catálogo de Nintendo Switch. Una buena historia y una banda sonora excepcional que se ven empañadas por una mala optimización de este port. ¿Es recomendable? Depende de la importancia que le des a los fallos técnicos y las ganas que tengas de jugar a un título cuya historia cuenta más de lo que se pueda llegar a pensar. El juego ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch al precio de 29,99 € y necesitaréis un total de 3,6 GB para instalarlo. También podréis encontrarlo en formato físico en diferentes tiendas especializadas.

6.8

[Análisis] Remothered: Tormented Fathers para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Buen juego

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Un apartado sonoro de lujo.
  • Survival horror de la vieja escuela que sabe crear tensión y miedo.
Flojea en:
  • Técnicamente muy deficiente.
  • Algunos bugs que pueden cortarnos el ritmo y sacarnos de la atmósfera que crea.