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[Análisis] Death Road to Canada

Death Road to Canada llegó a Nintendo Switch más tarde de lo esperado. ¿El motivo? El atropello masivo que tuvo lugar en Toronto el 23 de abril de este año en el que perdieron la vida 10 personas y otros 15 resultaron heridos. Queda claro que lanzar un juego cuyo título hace referencia a la carretera, a la muerte y a Canadá durante las dos semanas posteriores al atentado era imprudente y una falta de respeto a las víctimas. El estudio, Ukiyo Publishing, hizo bien en posponer el lanzamiento.

De todos modos, no se trata de un producto que haga apología al terrorismo o a la violencia gratuita. Death Road to Canada nos sitúa en un viaje de escapada de Florida (EEUU) a Canadá debido a un apocalipsis zombie que solo los canadienses han podido contener. Os animo a que emprendáis ese trayecto en búsqueda de paz conmigo en este análisis:

Un apocalipsis real

Como ya se reportó en esta web, lo primero que vi al abrir el archivo de Death Road to Canadá fueron los enormes defectos de framerate que impedían jugarlo. Ver cómo un juego en el que tenía puestas expectativas muy altas no funcionaba nada bien me desilusionó enormemente: “¿Ahora tendré que hacer un análisis de un título que no va? Qué palo”, pensé. Al poco, por suerte, mi Switch me advirtió que una actualización del juego estaba disponible. El parche que lo solucionaba. “Ah”, suspiré aliviado.

Llamé a mi amigo Juan Miguel y le dije que me ayudara con un juego para dos. Vino. Pasamos el tutorial rápido, con la avidez con la que devoramos los juegos. Rápidamente nos fijamos en que el juego nos permitía crear avatares para jugar. Él hizo a Silvi, su pareja; yo a Laíta, mi ex y la que siempre será mi alter ego en los videojuegos. En estilo pixel art, pudimos plasmar la esencia de sus caras y personalidades. “Pobres chicas, pasarán un infierno hacia Canadá”, bromeamos.

La personalización previa al juego es variada y divertida. Este es un juego en el que la narrativa es trascendental en el transcurso del juego; es de esos juegos en los que hay que tomar decisiones y el carácter y destrezas de los personajes influye en las decisiones que se deben tomar. Desde el principio pudimos hacer a nuestros avatares acordes a su personalidad: Silvi es una mujer generosa, que mira por los demás, aunque a menudo desconfiada; Laíta, en cambio, es una pasota amante de los perros. Pero hay más, esta personalidad trasciende en el juego. En el viaje que emprendemos hacia Canadá podremos unir más gente a nuestro equipo, al igual que en The Walking Dead los grupos humanos crecen durante la serie. Es en estos casos en los que la buena de Silvi se muestra en contra de que otros se suban a nuestro coche o Laíta suelte un comentario perruno. Juanmi y yo, que interpretamos la coincidencia, nos reímos como si nuestros avatares fueran las chicas de verdad.

Una vez que el juego ya se ha solapado con nuestra realidad, la inmersión es total. ¿Cómo puede un juego pixel art, de un presupuesto austero, crear tanto vínculo con el jugador? Maestría de los diseñadores, por supuesto. Death Road to Canada es un juego que se va generando aleatoriamente y que va registrando nuestras decisiones para elaborar la historia coherente que he descrito hasta aquí. Esto lo vuelve inmersivo. (Cabe resaltarse aquí que solo es si dominas suficientemente el inglés, puesto que el juego no está en español y el nivel de comprensión que pide el juego es alta.)

Por supuesto, la inmersión no lo es todo. Cuando Death Road to Canada tiene al jugador dentro del juego —esa sensación de que el tiempo en la vida real no parece pasar, pero miras al reloj y resulta que llevas 5 horas jugando—, sientes la sensación de supervivencia de dos personas en medio de un apocalipsis zombie. Hay que conseguir comida en lugares infestados de zombies, evitar el cansancio, proteger el coche y mantener el depósito de gasolina lleno, disponer de un buen arsenal, tener medicina para curarse, entrenar la destreza de los supervivientes, etc. Todo eso mientras los grupos de zombies crecen exponencialmente hacia un final de muchedumbres con sed de sangre humana que hay que mantener a raya. La emoción de cumplir el objetivo se mezcla con el pánico a perder a una de las dos compañeras por muerte o porque abandona el barco malhumorada. Cada partida en este roguelike se vuelve angustiante, épica, apasionante, un fiasco o un éxito constantemente: las sensaciones de estar en la cuerda floja y acabar salvándote o de estar seguro de tener el toro por los cuernos y acabar fracasando son la clave de todo el juego.

Por fortuna, una gran cantidad de desbloqueables ayudan a variar nuestros personajes incluso después de haber concluido el viaje en el modo estándar. Siempre puedes hacer un hueco para jugar a Death Road to Canada con una amistad y crear tu propia vía de escape de un Estados Unidos deplorable hacia una Canadá esperanzadora. Como la vida misma.

Conclusiones

Death Road to Canada es un título que engaña a primera vista: si bien el tráiler explica bien cómo son las fases de búsqueda de recursos y batalla contra zombies, no profundiza lo suficiente en el género ‘crea tu propia aventura’ que tan bien explota el título. De verdad, si quieres experimentar una profunda e interesante aventura de pánico en medio de un apocalipsis zombie, hazte con este pequeño indie sin grandes pretensiones pero sobradamente entretenido.

Death Road to Canada está disponible en la eShop de Nintendo Switch desde el pasado 8 de mayo a un precio de 14,99 €.

9.0

[Análisis] Death Road to Canada

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • La capacidad de inmersión gracias a la elaboración de mecánicas narrativas con pocos recursos técnicos.
  • La personalización de personajes.
  • Crea emociones como la euforia o el pánico a los jugadores, y esto es sublime.
Flojea en:
  • La banda sonora es incoherente, fatal.