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[Crónica] Hello World! 2016

El pasado jueves 10 de marzo tuvo lugar el evento Hello World! en la Antigua Fábrica Estrella Damm de Barcelona. Para quiénes no estén al corriente, ésta fue transformada hace años y es ahora lugar de fiestas, conferencias, conciertos y todo tipo de eventos. Sin duda, un lugar emblemática de la ciudad de Barcelona que no debería pasar inadvertido.

El evento, organizado y presentado por Gina Tost y presentado por ella junto a Samuel Molina tenía un target muy específico: alumnos de universidades que estuviesen estudiando materia relacionada con el desarrollo de videojuegos y profesionales que ya estuviesen trabajando en dicho sector.

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Desde alumnos de ENTI o Tecnocampus hasta gente de larga trayectoria en el desarrollo, como David Jaumandreu de la empresa Undercoders, disfrutaban de una cerveza gratuita (de la cual ya os podéis imaginar la marca) y se juntaban para charlar y pasar un buen rato, desconectando de un día de clase, de trabajo o de ambos para los que estan llevando a cabo prácticas en empresas a la vez que estudian.

El evento se abrió con una presentación y fue seguido por un sorteo de diversos juegos de todo tipo. Desde una empresa millonaria como Ubisoft con Far Cry Primal hasta desarrolladores con menos medios, pero con resultados sumamente increíbles, como Carlos Coronado con su título MIND: Path to Thalamus, entre muchos otros, aportaron su granito de arena para dar un sorteo muy variado. Sinceramente, se recreaba de forma muy cómica una competitividad sana en forma de gritos de alegría y discretos y simpáticos abucheos entre universidades cuando anunciaban de cuál venía el ganador antes de decir su nombre. Al final daba igual de cual vinieses y si habías ganado algo o no: pasabas un buen rato y desconectabas de lo que fuese.

Después del sorteo llegaba el turno de dar libre albedrío a los asistentes y quizás aquí es donde creo que hubo un pequeño vacío. Que no se malinterpreten mis palabras, las cosas se hicieron bien y es genial dar un respiro al público y la terraza era genial para salir, tomar el aire y seguir pasándolo en grande.Pero tengo una mosca en la oreja que me dice que ojalá en ese momento hubiese habido algún torneo. ¿Os lo imagináis? Un torneo entre universidades, creando rivalidad sana y un ambiente de competitividad que, de veras, ansío que llegue en una posible próxima edición.

Si este proyecto se repite, le deseamos a la organización toda la suerte posible y que, ojalá, se convierta en un evento de referencia, ya que gestos así ayudan a enriquecer la imagen del desarrollo de videojuegos.