Re:¿Que tienen los juegos retro que no tengan los actuales?
@Ichigo wrote:
@Alf wrote:
Creo que Nintendo fue de los primeros en reparar en eso que decís, por eso sacrificó gráficos en favor de una jugabilidad distinta, más abierta a los nuevos jugadores, y a la vez con guiños a los tradicionales (mando clásico y compatibilidad con el mando de la Cube). La pena es que las third siguen siendo unas graphic whores que dejaron de lado a la plataforma y pasó sin pena ni gloria en lo que se refiere a catálogo. Aún así, ha producido verdaderas obras maestras. No son pocos lo que dicen que sin la modesta potencia gráfica de Wii, el Xenoblade tal como lo conocemos no habría sido posible.
Las third le dieron de lado por no estar a la altura gráficamente, y en parte lo veo normal. Casi todas estas compañías desarrollan su juego y las versiones Ps360 son casi iguales (en la mayoría de los casos sale peor parada Ps3) y se debe obviamente a que son muy similares en cuánto a potencia gráfica, imaginate a Ubisoft haciendo Assassins Creed en Wii, con su desarrollo independiente de las otras y tal, crees que realmente les saldría rentable?? Porque yo no lo creo así.
Es que es eso lo que estaba diciendo, Ichigo. La estrategia de Nintendo era diametralmente opuesta a la de esas compañías, y le terminó pasando factura.
De todos modos, el tema de la mejora gráfica en detrimento de otros apartados, que afectan incluso a la misma raíz de un juego, que es la jugabilidad y en última instancia, la diversión misma, ya lo traté en un artículo un día que me puse en plan filósofo/sociólogo. Los videojeugos no es más que otra de las muchas facetas de la sociedad postindustrial netamente consumista en la que vivimos, en la que el “envoltorio” prima sobre la esencia de las cosas, haciendo del aspecto un producto de consumo en sí mismo. Esto se ve en todas partes, ya sea en las películas del cine comercial con unos grandiosos efectos especiales con un guión rampln y banal, unos edificios pomposos y grandilocuentes que quedan en desuso incluso antes de inaugurarse por falta de utilidades prácticas (este país es tristemente célebre por esos casos), hasta la moda misma del vestir, cuyas prendas caen en desuso cuando se sacan de la chistera otra distinta, si no se han roto antes por los precarios materiales que algunas utilizan.