[Artículo] ¿Recuerdas el Cable Link?

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[Artículo] ¿Recuerdas el Cable Link?

Hoy me he levantado un poco nostálgico (si, otra vez, como de costumbre en mis últimos artículos) y es por ello por lo que vengo a hablaros de algo que de pequeño centraba las miradas de todos los niños de la urbanización en la que vivía. Porque quién lo tenía disfrutaba del poder de decidir quién jugaba, en qué orden y quién se quedaba fuera, y por supuesto, de un puesto seguro en toda partida.

Si habéis sido niño en los 90 y a principios del presente siglo seguro que todos vosotros recordáis este accesorio tan importante de la época de la Game Boy: el Cable Link.

No vengo a aburriros con datos históricos sobre el producto. Para eso existen miles de webs, y si habéis pinchado en alguno de mis artículos es porque queréis que os cuente alguna que otra experiencia. ¿Verdad? Ya sabía yo…

Como la mayor parte de los niños que creció con una Game Boy entre las manos, los cartuchos que más horas se pasaron dentro de mi consola fueron los de Pokémon. Como sabéis, esta saga cuenta con un componente de coleccionismo muy intenso, y en la época en la que la GTS no existía, la misión de rellenar todos los huecos de la Pokédex era mucho más complejo. ¿Quién no ha empezado varias veces un juego para conseguir X Pokémon? ¿Quién no ha pactado con su amigo que cada uno cogía un juego de cada generación para poder traspasar los exclusivos de cada una? ¿Y quién no ha reiniciado varias veces la partida para tener todos los starter con ayuda de un compañero?

Todos los que hayáis crecido en mi época habréis experimentado sensaciones semejantes.

En mi memoria tengo dos claros recuerdos acerca de este producto: era caro y frágil. No me acuerdo cuánto valía y tampoco he logrado encontrarlo por Internet. Los precios de reventa son muy volátiles y no me han servido para hacerme una idea acerca del precio que mi madre tuvo que pagar en incontables ocasiones. Porque sí, se rompía muy fácilmente, y este hecho suponía una gran conmoción en el grupo de amigos. Siempre tenía que haber un cable. Era totalmente necesario para los combates y los intercambios. Me acuerdo una vez que un par de amigos se enfadaron y se pelearon. La discusión terminó en el momento en el que uno de ellos rompió el Cable Link del otro. El cabreo de todos los del grupo con aquel niño fue monumental.

Probablemente en mi época de Game Boy Color para el único videojuego para el que utilicé este accesorio fue para la primera y segunda generación de los monstruos de bolsillo. Pero todavía, antes de llegar a la ya instaurada conexión inalámbrica faltaba un paso intermedio, la Game Boy Advanced.

Durante los años de vida de la siguiente consola de Nintendo la cosa se puso mucho más interesante. Ya no era posible simplemente la conexión entre dos jugadores, ¡sino que podíamos jugar cuatro a la vez! Esto nos dio muchos más quebraderos de cabeza porque muchas veces se rompía una de las cabezas del cable inutilizando parte del producto. Yo tenía uno en el que las clavijas tenían forma de cobras. Estaba muy orgulloso de él la verdad.

Si bien la tercera generación de la saga de Game Freak se llevó la mayor parte del protagonismo también en la generación Advanced, nuestro abanico de juegos se abrió muchísimo.

Recuerdo con mucha nostalgia y alegría nuestras competiciones a juegos como F-Zero GP Legend, del que llegamos a montar una liguilla. Nos picábamos a todas horas entre carreras y contrarreloj. Tampoco me puedo olvidar de las partidas conjuntas al modo original del Super Mario. Horas y horas superando niveles y matando a esas tortugas con pinchos encima. Los enfados porque uno del equipo no hubiese actuado bien estaban a la orden del día. ¿Y qué me decís de las partidas a los Sonic Advanced para ver quién era el que más anillos conseguía?

Pero si realmente hubo un juego que le pudo plantar un poco de cara a Pokémon este fue El señor de los anillos: el retorno del Rey. Os podría decir que acabamos el juego en modo multijugador 50 veces y me quedaría corto. Llegamos a dominar el videojuego con tal habilidad que sabíamos donde se escondían todos y cada uno de los misterios que este encerraba. Seguramente si ahora lo cogiese me parecería un juego mediocre y mal adaptado de la película, pero en esa época nos parecía de lo más divertido. ¿Y eso es lo que cuenta no?

Después de esto ya llego la Nintendo DS y con ella se instauró la conexión inalámbrica y el Wi-Fi. Todos los vecinos seguimos disfrutando de partidas a múltiples juegos en la nueva generación. Pero ese es otro tema y con este artículo yo no quiero más que hacerle un homenaje a ese producto que tantas horas de diversión nos proporcionó hace muchos años.