Respuesta a: ¿Cómo fueron su primera vez en los videojuegos?
jajaja vaya tensión debías pasar, un ojo en el Duck Hunter y otro en la ventana por si aparecía tu padre…. Bua, los 80 y principios de los 90 eran una cosa muy loca. No digo que mejores, pero eran algo muy esperpéntico. Te llevaban al pediatra y el tio encendia un cigarrillo según entrabas, se podían beber 7 u 8 cervezas que para dar positivo al volante tenías que subirte por las paredes, se fumaba en los buses públicos y hasta en clase, punkies, hippies y heavies invadian las calles, Kortatu cantaba a favor de los etarras, Martes y Trece bromeaba con el maltrato a la mujer… Pero las consolas eran peligrosas. Te quemaban el cerebro, estropeaban el televisor, te dejaban tonto… Ay…! Locos 80. Menos mal que en muchas cosas hemos avanzado.
Pero eso sí. Las salas de juego eran algo apoteosico. Esos antros eran pura fantasía. Mágia a 5 duros. El ruidito de fondo, incluyendo manotazos al pinball, y esa capa de humo que le daba casi una atmosfera mística. Adoraba ese lugar.
La de mi pueblo mira que era antro, que no tenía ni nombre. Ni un miserable letrero o algo escrito en algún lado. Y según salías, apenas girabas a la izquierda, un callejón donde había varios coches hechos chatarra, de los cuales los yonkis hacían buen uso para esconderse y proceder con sus menesteres. Allí, en esa sala de juegos, tenían uno de mis juegos favoritos. Era el Shinobi Arcade, de 1987 u 88. Aveces aun lo rejuego. Pocos años después, ya llegó el Street Fighter II`, y ahí mismo, circa 1992, dejé de ser un niño a ojos de los demás. Un niño hubiera tenido más piedad con sus rivales.
Disculpa la chapa, pero las salas de juegos me ponen desmasiado melancólico.
No es ninguna chapa ¡Esto es historia de los videojuegos! Y a mí me encanta recordar viejos tiempos.
Ahora que dices lo del Duck Hunt, yo siempre hacía trampas pegando la pistola a la pantalla de la tele. ¡Jajajajaja!
Eran tiempos muy locos, desde luego. Donde yo vivía, a las afueras de la ciudad, veías a los yonkis pinchándose en la calle, y había que ir sorteando jeringuillas. ¡Un despropósito! Recuerdo siendo un crío pasar un miedo de la leche cuando en la frontera con Francia, nos detuvieron la Ertzaintza y nos vaciaron el coche y casi se llevan preso a mi padre por tener un doble fondo en el maletero de su Seat Málaga (se lo hizo el para guardar herramientas…) Desde luego era todo muy diferente.
Es verdad que las recreativas eran unos antros de aúpa. Y estaban llenos de una magia sin igual, de color gris y sabor a tierra, que se te agarraba a los pulmones y a la ropa 🙂
En mi ciudad había 3:
– Prince, la que mejor pinta tenía.
– Las Vegas, que ahí había de todo y para todos (hasta prostitutas)
– Y la mejor de todas, que estaba al lado de mi colegio, Consolandia (as se llamaba, lo juro. Aún está el local vacío con el cartel con unas letras como las de la revista Hobby Consolas y Mario y Sonic de la mano) Cuando vaya de vacaciones le hago una foto 😉
Mi preferido era el Donkey Kong. Pero me chiflaban el Snow Bros, el Puzzle Bobble, el puñetero Toki, el Golden Axe (me marcó muchísimo, y es en el que más dinero me habré gastado), y el Cadillacs & dinosaurs. Luego más adelante el Metal Slug fue la viciada padre, ahí me coroné como un jugador pro 🙂
Pero el que recuerdo con más cariño, es siendo ya más mayor con el Time Crisis. Menudas viciadas con los colegas, madre mía.
Y ni hablar del futbolín en los bares, que no era un video juego pero era una locura.
Es un placer recordar estas cosas contigo Ichi.
Forma parte de lo que somos, como personas y como gamers 😉
Everything else is child's play