[Análisis] Scribblenauts Showdown

Análisis Análisis Switch Nintendo Switch

[Análisis] Scribblenauts Showdown

Gritar pizza y que aparezca una cuatro quesos es un poder que muchos querrían. Lo máximo que la mayoría llegábamos a conseguir era ondear dos dedos en el aire para que “mágicamente” el camarero nos trajera la cuenta. Pero en 2009 la cosa cambió. Ese año de grandes títulos como Bayonetta o GTA Chinatown Wars, Scribblenauts llegaba a Nintendo DS con una mecánica sencilla pero que nos ofrecía un nuevo mundo de posibilidades: escribir algo en pantalla y que apareciera ante nosotros. Imaginad que un gato se ha quedado atrapado en lo alto de un árbol, las opciones son de lo más variadas: podemos volar hasta él, cortar el árbol con una motosierra, construir una escalera…

Las mecánicas, las opciones y el diccionario fueron en aumento, y con ello la saga fue mejorando. Hoy, tenemos ante nosotros un nuevo título que cambia de género, un spin-off, un paso hacia un lado. ¡Veremos qué tal le ha sentado a nuestros Scribblenauts!

Un SNORLAX bloquea el camino

Imaginad a Rojo perdiendo los papeles intentando encontrar una Pokéflauta por todo Kanto, pero llegan Maxwell y Lily y en cuestión de segundos montan en un dragón para sobrevolar a Snorlax o le añaden a este el adjetivo “despierto” y el Pokémon abre los ojos, se levanta y se va. Scribblenauts nos trajo una nueva forma de resolver puzzles que se distanciaba de muchos otros juegos. Ese modo con distintos retos en su sandbox (modo libre) sigue existiendo en Showdown, pero ya no es su modo principal.

Aquí, en cambio, el mayor protagonismo lo cobran los minijuegos, o party-games, que dependerán de la mecánica de escribir, o la de jugar con nuestros Joy-Con, uno por jugador. Podéis ver todos sus modos a continuación:

Minijuegos a porrillo

Por una parte, el modo uno contra uno es el más rápido y directo. Podéis jugar contra la máquina o contra un amigo y decidir entre juegos de palabras, rapidez (con los Joy-Con), ambos (una combinación de las anteriores) o juego libre, donde podréis elegir el minijuego que prefiráis cada vez. Para “palabras”, “rapidez” y “ambos” nos enfrentaremos al otro personaje y podremos decidir cuántas rondas jugar (5, 7, 9, 15 o 25).

Por otro lado, tendremos duelo, donde nos situaremos en un tablero con hasta tres rivales más para, a medida que usemos cartas, ir completando los mismos minijuegos que en el modo uno contra uno. Aquí, aparte de imaginación, necesitaremos estrategia y, como en todo juego de tablero, suerte. Un modo que con amigos puede alargarse un buen rato y donde los piques estarán asegurados.

Si jugamos solos, en ambos modos podremos ajustar la dificultad de la CPU y decidir si queremos machacar a la IA o si, en cambio, seremos nosotros los que probablemente mordamos el polvo.

Los minijuegos suman un total de 27, 12 de palabras y 15 de rapidez, y si bien algunos son muy entretenidos y enganchan, veintisiete no son tantos y al poco estaremos repitiéndolos.

La caja de arena

Como os comentábamos, Scribblenauts Showdown cuenta con un sandbox, o caja de arena, es decir, un modo no lineal donde tenemos libertad para cumplir unos objetivos fijados o experimentar a nuestro gusto. El modo libre es el que sin duda nos recuerda más a anteriores títulos de la saga. Podremos jugarlo solos o con un amigo, utilizando cualquiera de los más de 35000 objetos que nos permite escribir el diccionario del juego (ni Doraemon tiene tantos objetos en su bolsillo). Sus escenarios son originales, unos más que otros, pero es cierto que no tienen ningún tipo de narrativa, limitándonos a leer en el menú los 10 objetivos a cumplir en cada uno. Además, si en algún momento hacemos algo que pueda impedir llevar a cabo alguna de las misiones, el sistema no nos avisa. Es decir, suponed que matamos con un lanzallamas a algún personaje y después resulta que le necesitamos para alguno de los objetivos. Nada nos avisará de ello, y cuando nos demos cuenta tendremos que reiniciar la misión por completo y empezar de nuevo (si bien no perderemos las starites ya conseguidas).

Así, la historia de, por ejemplo, Scribblenauts Unlimited, en la que Maxwell debe conseguir starites para salvar a su hermana, aquí es inexistente, y simplemente se nos explica que consiguiendo starites podremos desbloquear personalizables para nuestros personajes e, incluso, algún objeto a añadir al diccionario. Ahí, la verdad, se ha perdido un poco la magia.

Esto no evita que sea un modo francamente entretenido pero que se hace corto de manera inevitable, dejándonos con ganas de más, con apetito de un nuevo Scribblenauts que disponga exclusivamente de modo abierto, que únicamente sea un cuadro de arena en el que nosotros podamos construir e imaginar lo que queramos. Pero, estamos ante un Scribblenauts distinto al resto, y eso no es necesariamente malo.

Una última cosa que nos ha gustado de este modo es la posibilidad de intentar recrear escenas que nos parezcan curiosas y realizar una captura de pantalla. ¿Cómo? Pues creando nuestro personaje en la sección Mi scribblenaut y después buscando la manera de conseguir que todo sea cercano a lo que está en nuestra cabeza. ¡Todo depende de vuestra imaginación! No es una opción que el propio juego nos sugiera, pero seguro que a muchos ya se les ha ocurrido. ¿Qué os parece nuestro Gohan ante Shenrong esperando a que las bolas de Dragón vuelvan a su estado original? Friki, ¿verdad?

Tuning

Así es, aquí nos encontramos con una parte de las más entretenidas del juego. Parece una tontería, pero… ¿quién no le ha cogido cariño a su Mii? Es cierto que la cantidad de opciones no es extremadamente amplia, pero sí lo suficiente para que pensemos en algunos personajes posibles y consigamos hacer alguno, desde resultados bastante chulos, hasta otros más locos, como tener a alguien con la cara lila y con piernas de dinosaurio. Cabe mencionar que nos ha parecido un poco fuera de lugar que se diferencie entre ropa de chico y de chica. Un pequeño desliz, sobre todo siendo un juego muy orientado para niños. ¡Que cada uno se vista como quiera sin necesidad de etiquetas!

Pues lo dicho, aquí podremos tunear a nuestros personajillos e ir desbloqueando piezas de ropa, colores de piel, peinados e incluso los vehículos que se usan en algunos minijuegos. Conseguir las starites necesarias para desbloquearlo todo os llevará tiempo. Algunos modelitos, además, solo estarán disponibles cuando cumplamos ciertos objetivos, como, por ejemplo, haber desbloqueado los 8 niveles del modo abierto. Ha sido una pena que no se incluyeran algunos trajes o skins propios de Nintendo, ni tampoco objetos exclusivos. Sí podremos crear una Game Boy en el modo libre, perfecta para nostálgicos.

Las bondades de Switch

Este nuevo Scribblenauts ha sido lanzado de forma simultánea en distintas plataformas y cuando eso ocurre hay ciertas cosas que nos gusta comprobar. A muchos nos pasa que cuando tenemos la Switch en modo portátil y nos encontramos en los menús de un juego, nuestra primera reacción es tocar la pantalla con los dedos. Para nuestra sorpresa, Scribblenauts no ha implementado controles táctiles. Pero de ningún tipo. Eso significa que para navegar por los menús deberemos hacerlo con el joystick (de hecho ni la cruceta tiene funcionalidad), pero también para crear palabras deberemos hacerlo también a base de joystick. Un grandísimo paso atrás respecto a las versiones que tuvimos en Nintendo DS, 3DS o Wii U. Y es que usando el joystick es algo más farragoso, y en ocasiones puede que no probemos una palabra por mera pereza. Esto no significa que no se disfrute, pero haber podido con tar con el sistema táctil en portátil hubiese sido un gran desmarque respecto a otras plataformas.

Donde sí se aprovechan las ventajas de Switch es en el uso de los Joy-Con para jugar los minijuegos de rapidez, donde algunos de estos (no todos) hacen uso del sensor de movimiento para realizar algunas acciones, como sacudir una botella de refresco o hinchar un globo lo más rápido posible. Cabe destacar algo nuevo en negativo: los juegos de rapidez solo pueden jugarse con los Joy-Con desacoplados y en modo televisión no podemos usar el mando pro, únicamente los Joy-Con. Aquí el juego pierde alguna starite más.

Pero hay algo que nos ofrece Switch y que se ha sabido usar muy bien en esta entrega, y es que en el modo duelo podremos jugar contra hasta tres amigos más con simplemente el par de Joy-Con que vienen de serie con la consola, sin duda, el modo en el que mejor podremos pasarlo en compañía. Lleva tu Switch a cualquier parte, desacopla los mandos y disfruta junto a tus amigos de un juego de mesa interactivo.

Conclusión

Scribblenauts Showdown se desmarca de sus predecesores con un juego que intenta cambiar de género sin olvidar su esencia. Para ello, mantiene el modo libre y le da mucha más importancia a los minijuegos. En cambio, da la sensación de quedarse a medio camino entre ambos, echando en falta más variedad y profundidad en sus modos. Enfrentarnos a nuestro amigos en duelo nos asegura un juego de mesa que podamos llevar allá donde queramos. Por último, cabe destacar que podemos cambiar el idioma de nuestra consola para que el juego esté en inglés, francés, italiano, … Una manera de lo más divertida de practicar y aprender léxico extranjero.

https://www.youtube.com/watch?v=gLev2Hq5riU

Si os hacéis con él, ¡enviadnos vuestras creaciones con el editor de personajes!

6.5

[Análisis] Scribblenauts Showdown

Puntuación Nintenderos: Buen juego

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Fantástico para disfrutarlo con amigos.
  • Un juego de mesa portátil.
  • La cantidad de cosas que pueden crearse.
  • El editor de personajes.
Flojea en:
  • Se ha quedado a medio camino entre dos géneros.
  • Carece de modo historia.
  • Se hace corto.
  • Sus controles algo limitados y no aprovechar la pantalla táctil.