Sonic X-Treme, el intento fallido de SEGA por llevar al erizo azul al 3D

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Sonic X-Treme, el intento fallido de SEGA por llevar al erizo azul al 3D

Sonic es, indudablemente, una de las franquicias más importantes de la industria de los videojuegos. El buque insignia de Sega consiguió enganchar a todo el mundo gracias a una serie de grandes juegos lanzados en los 90s. Estos destacaron especialmente por dar un giro al género de las plataformas 2D. ¿La base de su éxito? El enorme carisma de sus personajes, y el enfoque en la velocidad, algo que en la época se sentía como algo espectacular. Los juegos 2D del erizo son clásicos atemporales, pero el salto al 3D fue uno algo problemático. Y es que Adventure no fue el primer intento de Sega por llevar a Sonic al 3D. Este honor lo tiene Sonic X-Treme.

O, bueno, lo tendría. A fin de cuentas, estamos hablando de un juego cancelado. Un juego que, a pesar de no haber sido lanzado, consiguió convertirse en una leyenda. Y parece mentira, pero el título consiguió algo que pocos juegos cancelados logran: consiguió marcar a los juegos posteriores de la franquicia. Con motivo del lanzamiento de Sonic Frontiers, hemos decidido repasar la historia detrás del juego cancelado de Sonic más famoso. Así que, sin más dilación… ¡Comencemos!

Regreso a los 90s

Lo primero es lo primero: ¿Cuál era la situación de la franquicia en la época? Pues bien, Sonic era, en la década de los 90s, uno de los fenómenos culturales más importantes. El erizo azul se había convertido en todo un icono que miraba de tú a tú a titanes de la talla de Mario. Sus cuatro juegos principales habían sido lanzados entre Sega Master System y Mega Drive, y habían sido un éxito rotundo. Sin embargo, la guerra de consolas estaba en su momento más álgido, y había una necesidad enorme de progresar. La tecnología avanzaba sin frenos, y por este motivo las compañías se lanzaban al desarrollo de nuevas consolas.

Corría el año 1994 y, entre expansiones y expansiones, Sega comenzó a desarrollar su nueva consola: la Sega Saturn. Esta buscaba destacar por su potencia técnica, alcanzando la inestimable cifra de 32 bits… Que pronto se vería superada por PlayStation y por Nintendo 64. Sea como sea, la compañía japonesa necesitaba un juego clave para vender Sega Saturn. Y qué mejor juego que la nueva entrega de la serie protagonizada por el legendario erizo azul. A fin de cuentas, Sonic X-Treme ya se encontraba en desarrollo.

Un desarrollo entre plataformas

El desarrollo de Sonic X-Treme comenzó formalmente a inicios de los 90s, y se tenía planeado su lanzamiento en Sega Mega Drive. El objetivo era sencillo: revolucionar la franquicia, intentando dar el salto al 3D. Sin embargo, el título pronto se vio amenazado por su propia ambición: la consola era incapaz de soportar un juego de tal calibre. Por este motivo, el desarrollo se movió al periférico 32X bajo el nombre de Sonic Mars, pero esto duró poco: este había sido un fracaso, y el desarrollo de la nueva consola de Sega estaba a la vuelta de la esquina.

Así, poco tardó en pasarse el desarrollo a Sega Saturn. Este corría a cargo de dos equipos distintos, ambos bajo el manto del Sega Technical Institute. Unos se encargaban del diseño general del juego, y otros de las fases de jefes. Sin embargo, pronto empezaron a aflorar los problemas: había desacuerdos en ciertos apartados, y la vista en forma de ojo de pez no terminaba de funcionar. Aunque el juego no avanzaba mal, los altos mandos de Sega no quedaron contentos con la forma que iba tomando el producto. La mezcla de elementos pre-renderizados y escenarios poligonales no terminaba de cuajar, y todo estaba muy verde.

Un erizo abandonado en Saturno

Los graves problemas que enfrentaba el desarrollo hicieron que peligrara el lanzamiento del juego. La confianza de los altos mandos de Sega se estaba diluyendo cada vez más, y desde el STI solo aumentaban los errores. El desarrollo en dos equipos hizo que se acabaran realizando dos juegos distintos en un mismo espacio de memoria. La coherencia artística y jugable quedaba destruida, convirtiéndose en un extraño collage en el que pocas cosas se sentían fieles al espíritu de Sonic.

Sega lo siguió intentando, pero para 1996 la cosa se puso peliaguda. El descontento de parte de los equipos de desarrollo hizo que las principales mentes detrás del proyecto se marcharan. El juego se quedó huérfano, y en un intento desesperado por salvar el desarrollo, se unieron a los dos equipos en uno solo. Las sesiones de trabajo eran abusivas, superando las 16 horas diarias. El juego no estaría listo para Sega Saturn, y en Sega lo sabían. A pesar de todo el esfuerzo, el juego debía ser cancelado.

Aunque parte del staff intentó continuar con el desarrollo del juego en PC, esta versión nunca fue autorizada. Por ende, su desarrollo cesó al poco de comenzar. Aunque el juego nunca fue lanzado, sus imágenes y tráilers dejaron huella en los fans del erizo. La creación de un juego de Sonic en 3D marcaría a Sega, quienes a pesar de volver a intentarlo en Saturn con Sonic Saturn no lo conseguirían hasta la llegada de Sega Dreamcast con el genial Sonic Adventure.

¡Y hasta aquí el artículo de hoy! Decidnos, ¿Qué os ha parecido este viaje al pasado? ¿Os habría gustado jugar a Sonic X-Treme? ¡Os leemos!


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