Artículos Nintendo 64

[Artículo] La música en The Legend of Zelda: Ocarina of Time – Parte 11

En este artículo vamos a ver el resto de los Templos así como algunos de los temas que nos hemos dejado en el tintero en pos de enfatizar ciertos aspectos que hemos considerado más interesantes. Puedes ver los otros templos y el resto de artículos aquí.

Templo de las Sombras

El Templo de las Sombras nos deja un tema muy similar tanto en tímbrica como en estructura al Templo del Fuego, donde el único elemento diferenciador que encontramos son algunos efectos de sonido integrados de cierta agresividad y una especie de clavicordio que surge de la masa sonora. El clavicordio es un instrumento curioso dentro de esta pieza pues, como veremos a continuación, hace referencia a la familia real de Hyrule. Las voces agudas tienen más protagonismo que en el Templo del Fuego y su entrada comienza prácticamente igual. Otra diferencia con el templo del interior de la Montaña de la Muerte es la incorporación de glissandos en las voces. Estos glissandos – un glissando es un deslizamiento melódico partiendo de una nota, arrastrando la misma hacia otra  – son importantes a la hora de crear ambiente, pues desestabilizan la homogeneidad que la misma pieza crea. Ese hecho genera cierta intranquilidad e incomodidad que le viene de perlas a este extraño y sombrío lugar. Observemos la descripción que nos brinda The Legend of Zelda: Enciclopedia sobre el Templo de las Sombras:

Otros contenidos en esta categoría:

El templo de las Sombras, ubicado en el cementerio de Kakariko, es un lugar histórico donde los sheikah, a los que se han confiado las vidas de la familia real de Hyrule, han llevado a los enemigos de la casa real para interrogarlos o torturarlos. Puesto que es un símbolo de la historia oscura del reino, la familia real tiene prohibido hablar del templo y de su horrible propósito.

Entendiendo su historia, comprendemos porque el tema es tan tétrico. Las voces y los glissandos mencionados son ecos del doloroso pasado de los enemigos torturados por la casa real que resuenan por las paredes del templo. Todos los eventos y efectos están acompañados por un incesante e inquietante ritmo de bongos. Teniendo en cuenta que el boss final de este lugar es Bongo Bongo, el juego parece indicarnos con cada golpe la perseverante espera de dicho ser, que aguarda pacientemente vengarse de la tortura que antaño recibió con la primera alma que fuese capaz de llegar hasta él. También nos resulta interesante el uso del objeto “lupa de la verdad”. Parece como si el juego estuviera indicando al jugador la verdad detrás de la familia real y para atravesarla, es necesario verlo con la lente adecuada. La familia real en mucho de los juegos de la saga está identificada en innumerables ocasiones con un clavicordio y, en este tema, ese retazo de familia real queda ensordecido por los gritos de sus víctimas. Además, como veremos en artículos posteriores Ganondorf es representado por un órgano. El clavicordio y el órgano son dos instrumentos que guardan una relación anatómica pues ambos poseen teclas. Sin embargo, difieren en el tipo de sonido. Son más bien contrarios y esa contraposición entre la familia real, el castillo de Hyrule y Ganondorf se ve bien representada en el uso de estos dos instrumentos.

Templo del Espíritu

Es el último templo del juego. Tiene una mecánica muy interesante en la que obliga al jugador a ir al templo tanto como Link niño como siendo Link adulto. Se encuentra en el desierto, lo cual la localización ya nos sugiere un tipo de sonoridad. De nuevo, el desierto es enlazado con folklore extraído de la cultura árabe. Al igual que en templos anteriores, hay un elemento protagonista y no es otro que una especie de flauta dagoba que lleva incorporado un delay. El resto de la pieza es un fondo armónico que alterna principalmente dos acordes (tónica y segundo rebajado) mientras la dagoba va realizando distintos giros melódicos. Un detalle interesante de este tema es que su inicio nos recuerda al tema que suena cuando vencemos a un jefe. No creemos que sea intencionado, pero sí que nos transmite decisión y valentía como en el tema citado y, siendo el último templo, ayuda a crear un ambiente muy apropiado para lo que está por venir.

Caverna del hielo

Aunque no es un templo como tal, es necesario superarlo para conseguir las botas de hierro y poder acceder al Templo del Agua.

De nuevo podemos ver en este lugar la facilidad con la que Kondo consigue recrear un lugar con la sencillez de su música. En este tema encontramos dos únicos planos sonoros: por un lado un plano de viento realizado por un sintetizador modificado bastante conseguido y por otro lado, unos acordes arpegiados con un instrumento tan cristalino como el hielo. Los acordes realizados son muy sencillos y parten de una escala hexátona. En este tipo de escala la relación entre sus grados – sus notas – está conformada por tonos enteros. La sonoridad que genera es muy recurrente en el cine, donde siempre aparece en fragmentos musicales asociados al sueño o a la imaginación. Imaginad el típico personaje dormido del cuál le aparece un bocadillo estilo cómic por encima de la cabeza y la cámara realiza un zoom hacia lo que está soñando mientras escuchamos un efecto de sonido mágico y somnoliento. Eso es un ejemplo claro de escala hexátona.

Es interesante la paradoja de este lugar pues los pocos personajes que quedan en las inmediaciones están congelados, sumidos en un profundo sueño casi eterno, esperando ser despertados. Nos parece todo un acierto el uso de este tipos de escalas pues el jugador puede llegar a sentir esa sensación de letargo dentro de uno de los lugares más simples a la par que bonitos – a nuestro parecer – de todo el título.

¿Qué os ha parecido? ¿Tuvisteis una sensación somnolienta con la música de la caverna del hielo? ¿Conocíais los oscuros propósitos que aguardaban dentro del Templo de las Sombras? ¡Dejad vuestras impresiones en los comentarios!