[Análisis] Buildings Have Feelings Too! para Nintendo Switch

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[Análisis] Buildings Have Feelings Too! para Nintendo Switch

BlackStaff Games ha creado un juego de gestión donde los edificios tienen mucho que decir con Buildings Have Felling Too! Se trata de una propuesta diferente que llega a Nintendo Switch para hacernos pasar un buen número de horas atendiendo las peticiones de las diferentes estructuras. ¿Vemos hasta dónde puede llegar?

Atendiendo a los sentimientos de un edificio

Buildings Have Feelings Too! nos pone en la piel del Hotel Medio Camino, un edificio que asume las riendas de líder en el astillero, al ver que sus compañeros (todos edificios) corren el riesgo de desaparecer por un ambiente decaído y una pobre afluencia de gente.

Por tanto, nos pondremos manos a la obra para poder dar una nueva y mejor vida a nuestros colegas edificios. Para ello, debemos atender sus peticiones, las cuales nos ayudarán a mejorar los barrios en los que nos encontramos.

De esta manera, estamos ante un juego de gestión un tanto atípico, en el que debemos hacer felices a los edificios para que cada barrio mejore.

¿Y cómo lo hacemos?

Pues en Buildings Have Feelings Too! manejamos al Hotel Medio Camino en una propuesta de enfoque lateral, donde tenemos una serie de huecos representados por pequeñas casillas, que nos dan a entender los espacios que tenemos para edificar.

No solo esto, sino que podemos mover los edificios ya existentes a nuestro antojo, cambiar los negocios que poseen e incluso demolerlos para crear otras estructuras que puedan venirnos mejor a la hora de cumplir las misiones.

Porque sí, en Buildings Have Feelings Too! tenemos una serie de misiones principales por cumplir, además de mejorar la armonía del lugar, algo que se refleja con un icono de corazón en la parte inferior de la pantalla.

Estas misiones suelen ir enfocadas a lo mismo: amplia el barrio con negocios de otro tipo o sube el rango de los que ya existen, después añade algún otro edificio que caracterice más a dicho barrio y poco más. De hecho, estas misiones nos las suele pedir el edificio “principal” de cada localización.

Al fin y al cabo, su dinámica es bastante sencilla: instalamos negocios en distintos tipos de edificios y los movemos para crear una mejor armonía. Y de esta armonía debemos preocuparnos, ya que, por ejemplo, una pescadería al lado de un jardín botánico puede causar efectos negativos en el conjunto, pero colocarlos en el lugar correcto puede hacer que ganen dicha armonía y nos permitan subirlos de nivel. Así cumplimos misiones y ganamos lingotes de oro con los que comprar más edificaciones.

Para saber en todo momento qué le viene mejor a nuestros edificios y cómo podemos subirlos de nivel, nos fijaremos en la ficha que posee cada edificio. Esta se puede ver fácilmente al interactuar con ellos y, en base a unos iconos, podemos entender qué tipo de negocios son los que debemos colocar en las proximidades de aquel que queremos mejorar.

Básicamente es eso: edificar, mover, cambiar, demoler (cuando sea necesario), subir de nivel y, con ello, cumplir las misiones para poder pasar a la siguiente localización. También podemos centrarnos en subir el corazón de la armonía al máximo, aunque la verdadera chicha está en cumplir las misiones de todos los barrios disponibles.

Les presento a su edificio

Gráficamente, Buildings Have Feelings Too! tiene un aspecto simpático, con edificios que parecen sacados de un collage de manualidades. Aunque, eso sí, en ocasiones he percibido pequeñas inestabilidades en su framerate.

El juego viene traducido al castellano, pero el tirón de orejas viene en esta presentación de los subtítulos  ya que, en su mayoría, aparecen con frases incompletas donde se comen letras de manera constante. También hay saltos de castellano a inglés en diversos momentos.

Y respecto al sonido no hay mucho que destacar: efectos correctos, edificios que no presentan voz alguna y una serie de melodías que juegan un papel secundario. Nada que vayamos a recordar por su calidad auditiva.

En la parte jugable, el control responde bien aunque a veces me ha resultado un tanto impreciso, principalmente a la hora de seleccionar las casillas con los joystick. Pero no empaña en ningún momento la experiencia en este sentido.

Y respecto a la duración, va a depender un poco de cada tipo de jugador. Buildings Have Feelings Too! no es un título de gestión profundo, sino que lleva ese espíritu por gestionar de otros juegos al terreno del puzle, haciéndonos pensar principalmente en las posiciones en las que debemos colocar cada estructura para favorecer a las más próximas y así cumplir con las misiones.

Si os gusta una dinámica que se centre en esto más que en proponer múltiples opciones y giros en la gestión, posiblemente le dediquéis decenas de horas, ya que los diferentes barrios disponibles y todas las misiones por cumplir dan para ello.

Conclusión

Buildings Have Feelings Too! es un videojuego de gestión diferente, que presenta a los edificios como elementos principales y que se centra más en nuestra capacidad para hacer combinaciones que en las opciones de gestión en sí mismas, donde no profundiza en exceso. Si sois de los que os gusta quebraros la cabeza probando combinaciones de disposición para conseguir mejores resultados, esta propuesta os gustará. Si buscáis títulos de gestión con grandes opciones, hay otras alternativas. El juego ya se encuentra disponible en la eShop de Nintendo Switch, con un precio especial hasta el 5 de mayo de 15,99 € (después su precio será de 19,99 €) y necesitaréis un total de 1,5 GB para su instalación.

7.0

[Análisis] Buildings Have Feelings Too! para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Recomendado

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Su enfoque diferente centrándose en los edificios como elemento principal.
  • Si te gusta la combinación de construcción y puzles, da para muchas horas.
Flojea en:
  • No profundiza mucho en la gestión, haciendo que la mayoría de misiones acaben siendo parecidas.
  • Los textos están incompletos y algunos se hacen difíciles de leer.