Un jugador recupera su juego de Pokémon Stadium de hace 20 años gracias a las redes sociales
Pokémon Stadium es un juego de Pokémon lanzado el 30 de abril de 1999 para Nintendo 64 en Japón (a América y Europa llegó en febrero y abril del año siguiente respectivamente). En este título se pueden librar combates Pokémon en 3D, transferidos o no desde los juegos Pokémon Rojo y Azul y Pokémon Amarillo, con multitud de modos de juego.
Pues bien, nos llega una historia de lo más curiosa relacionada con este título. Han pasado 20 años desde que un entrenador vio por última vez a su copia de Pokémon Stadium, pero debido a una extraña coincidencia, se han reunido de nuevo. Los cartuchos de Nintendo 64 a menudo se marcaban para identificarlos, algo que a día de hoy puede devaluarlos un poco, pero eso no impidió que en su día muchos los marcaran.
Estos son los datos que se han compartido:
- El usuario de Twitter DerekRRose se quejó a través de la popular red social de la compra de Pokémon Stadium, ya que no salía como se veía en la foto. En la ilustración del juego decía “este paquete de juego pertenece a SamG“.
- Sin embargo, otro usuario de Twitter etiquetó a alguien con el nombre de Sam G y ahí fue donde las cosas empezaron a ponerse realmente interesantes. Aunque el Sam en cuestión no era el vendedor, sospechaban que podría haber sido el dueño del juego en algún momento y que lo vendió.
- El caso es que después de investigar un poco y realizar varias conversaciones privadas diversos usuarios consiguieron dar con el tal Sam G, el cual compartió lo siguiente: “Mi copia de Pokémon Stadium del año 2000 (!) fue comprada por este tipo, un mutuo nos conectó, y ahora tengo los Pokémon de ese juego hoy”, anunció Sam en Twitter:
My copy of Pokemon Stadium from 2000 (!) was bought by this guy, a mutual connected us, and now I have the Pokémon from that game today. Technology is crazy. https://t.co/wJC6ju2zhn pic.twitter.com/nXozXN0pPu
— ▲ (@samgdf) May 11, 2020
Sin duda una historia de lo más curiosa que gracias a las redes sociales ha acabado en un final feliz para el dueño original del título.
Vía.
