[Análisis] Overwatch: Legendary Edition para Nintendo Switch

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[Análisis] Overwatch: Legendary Edition para Nintendo Switch

Blizzard es una de las compañías que más magia imprime a sus títulos, otorgando una personalidad única y muy característica a cada uno de sus villanos y héroes. Overwatch causó sensación en el mundo de los videojuegos por su acción cooperativa allá por 2016 y ahora llega a Nintendo Switch con unas ganas enormes de triunfar (¡y de qué manera!) gracias a este port del que muchos otros estudios deberían de tomar nota. Acción, movimiento constante, cooperación y cientos de horas nos esperan en Overwatch para Nintendo Switch.

Los héroes viven para siempre

Es muy probable que muchos de los que estéis leyendo esto ya sepáis de qué trata Overwatch, cómo se juega o cuál es su premisa principal, incluso, es muy factible que jugaseis ya previamente, en otras plataformas, al título que hoy nos acontece. No obstante, para los más nuevos, o para quienes necesiten que se les refresque la memoria, hay que indicar que Overwatch es un título enteramente online (no sin ello viene con una suscripción gratuita de 3 meses gratis) donde la cooperación y, más que nada, dominar perfectamente las habilidades de los personajes son vitales para salir victoriosos en cada partida.

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A pesar de que los modos de juego clásicos lo que buscan es la cooperación entre los diferentes personajes para atacar o defender un punto, pelear con el otro equipo para dominar una determinada zona, o mover una baliza del punto A al punto B en el tiempo dado; en Overwatch encontraremos otras modalidades más clásicas y enfocadas la individualidad, como el 1 vs 1 o el modo 3 vs 3, así como su modalidad contra bots que da variedad al juego. Creedme, una vez cojáis los mandos, es imposible parar, perdamos o ganemos, siempre querremos volverlo a intentar.

Eso sí, inherente a casi cualquier título online, hay cosas que siguen sucediendo, por desgracia, tales como las desconexiones de algunos usuarios que se toman mal el perder. Me resulta tremendamente frustrante, y creo que es algo compartido por una gran parte de la comunidad de videojuegos, que ciertos usuarios no respeten a los compañeros y se salgan de las partidas “porque sí”, haciendo casi inviable una remontada y perdiendo por una derrota demasiado apabullante, lo que nos condenará en las ranked. A todo ello, la cooperación es vital, y hay jugadores que no parecen entender que este juego busca ganar EN EQUIPO, ayudándonos de los sanadores para evitar caer o de las barreras de algunos héroes para evitar el fuego enemigo.

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En ningún arte debe ignorarse la práctica

Jugar a Overwatch es algo que cualquier jugador debería hacer, es un imprescindible, y el port que ha llevado a cabo Blizzard a Nintendo Switch es, sin lugar a dudas, sencillamente espectacular en lo jugable. Cada uno de los héroes cuenta con ciertas habilidades que tendremos que ir recargando a medida que se suceda la partida. No todos disparan igual, no todos golpean igual, no todos se mueven a la misma velocidad o sirven para lo mismo. La agrupación de personajes en función de su objetivo principal (ataque, defensa y apoyo) es algo que tendremos que tener en cuenta a la hora de escoger un personaje, puesto que no tendría sentido escoger una sanadora como Mercy para intentar acabar con los enemigos.

Algo que me encanta de Overwatch es la forma en la que potencia la cooperación con tus compañeros, aunque no los conozcamos de nada o ni estemos en comunicación con ellos. Es cierto que siempre tendremos al típico llanero solitario que va por su cuenta y no coopera en absoluto con el equipo, como ya hemos comentado, pero, por lo general, los jugadores tienden a asociarse, puesto que es la única forma de cumplir nuestros objetivos. Eso sí, elegir a una sanadora no implica que vayamos a hacerlo bien, requeriremos práctica, de mucho entrenamiento y dedicación para dominar a los personajes que más se amolden a nuestro estilo de juego ¿Esto es negativo? En absoluto, es tremendamente placentero, divertido y estimulante cuando somos capaces de dominar a la perfección, o casi, a un número elevado de héroes, lo cual te permite variar en tu estrategia en función de la partida y de los personajes escogidos por tus compañeros de equipo (o por los del equipo contrario, también).

La amplia variedad de héroes (31) hará que nos pasemos mucho tiempo en la sala de entrenamientos buscando aquél que tenga las características idóneas para nosotros. ¿Nos gusta atacar sin medida? Es posible que Soldado 76 sea nuestro hombre… pero también Tracer, Hanzo, Dva… Tendremos que ir probando, ir viendo qué ventajas e inconvenientes tienen entre sí los distintos personajes de las diferentes clases y, en consecuencia, escoger y adaptarnos. Una maravilla.

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Una espada firme da equilibrio al alma

Hay una pregunta que, probablemente, llevéis desde el comienzo del análisis haciéndoos, ¿cómo de bien se juega a Overwatch en Nintendo Switch? Pues debo deciros que, en balance, bastante bien. Si lo jugamos en modo TV con un mando Pro, el control es idéntico al de otras plataformas de sobremesa, permitiéndonos, con ajustado detalle, hacer maravillas en el título. Además, cuenta con controles por movimiento si jugamos en modo TV con los Joy-Con. Está bien implementado, es divertido, pero puede suponer un poco difícil de dominar al principio y, aún más, en las partidas más complejas y con más acción. Pero, ¿estamos aquí por la portabilidad, no? Overwatch es perfectamente disfrutable en su modo portátil, pero tenemos los mismos problemas que cualquier fps podría tener en Switch, los Joy-Con. Si somos de partidas cortas (imposible en Overwatch porque engancha cosa mala), es posible que no tengáis problemas, salvo que tengáis que ajustarle la sensibilidad y poco más, pero en partidas más largas, notaremos que ya no es tan cómoda la consola. Esto es algo fácilmente solucionable haciendo uso de diversos accesorios que han ido sacando para Nintendo Switch y que mejoran el agarre de la consola sustancialmente.

Sumar a todo ello el control por giroscopio, el cual siempre me ha parecido un engorro (al menos en la mayoría de títulos), pero que en Overwatch he notado casi imprescindible, puesto que nos permite atinar los disparos o golpes de forma increíblemente precisa. Jugar a Overwatch en Switch es divertido, entretenido y enormemente estimulante. Si nunca habéis llegado a jugar Overwatch y queréis hacerlo en una consola que os de opciones para moveros, estáis ante vuestra edición, hay pocas cosas más placenteras que echarte esa “partida rápida” donde te dé la gana (obviamente, con conexión Wi-Fi disponible).

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En cuanto a la conexión por Wi-Fi, uno de los grandes “peros” de Nintendo Switch, hemos quedado gratamente sorprendidos. Disponiendo de una conexión Wi-Fi lo suficientemente buena y estable, las partidas se suceden una tras otra sin lag ni problemas de conexión reales. El ping de la consola no he visto que se suba exageradamente ni al encontrarme en las habitaciones más alejadas del router, lo cual es todo un logro.

¡Nerfea esto!

Visto que, en cuanto a jugabilidad, el traslado a Nintendo Switch ha sido todo un éxito, aún con pequeños matices, el traslado gráfico a la consola de la gran N no podría ser para menos. Nada más iniciar Overwatch en mi Switch me quedé realmente perplejo. Es cierto que hay una reducción gráfica (900p-TV/720p-portátil y 30fps), pero el juego luce, tanto en portátil como en TV, realmente increíble. Olvidaos de borrosidad, olvidaos de dientes de sierra, olvidaos de todos estos fallos técnico-gráficos que tan de moda están en la consola cuando no se hace un port con un mínimo de cariño. Overwatch desprende mimo por los cuatro costados y sus gráficos no son para menos. Los 30 fps son bastante rocosos y solo recuerdo un par de petardeos en una misma partida. La nitidez de la obra de Blizzard, junto con ese diseño gráfico tan maravilloso del que dispone el juego hacen que cada vez que nos ponemos a jugar se nos quede esa sonrisa de incredulidad ante lo que estamos sosteniendo con nuestras manos.

La banda sonora se mantiene intacta, con unas voces en castellano que dispone de actores de doblaje realmente inmejorables. Frases épicas que se suceden en la partida, explosiones o disparos que, desde lejos, hará que identifiquemos a los enemigos o a nuestros aliados. El minimalismo de la música en los menús es algo que siempre he preferido, haciendo que nuestra espera sea lo más tranquila y amena posible.

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Conclusiones finales

Overwatch aterriza a Nintendo Switch deleitándonos con un port maravilloso y preciosista. Blizzard ha demostrado que el querer es poder, y poder jugar a este título en modo portátil en nuestra Nintendo Switch es todo un sueño hecho realidad. Tanto para aquellos que han jugado al juego, pero que buscan la portabilidad, como aquellos que no han tenido el placer de hacerlo, debo indicaros que tenéis que haceros con el juego sí o sí a poco que seáis fans de los FPS, no os arrepentiréis.

Overwatch está disponible en Nintendo Switch tanto en formato digital (y en formato físico con código de descarga) a un precio de 39,99 euros. Ocupa un espacio de 12,1 GB en la consola.

9.0

[Análisis] Overwatch: Legendary Edition para Nintendo Switch

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Gran variedad de héroes, cada uno diferente en jugabilidad.
  • Traslado espectacular de la acción a Switch.
  • Giroscopio.
  • Diferentes modos de juego.
  • Engancha a la primera partida.
  • Gráficamente muy bueno y con 30 fps muy estables.
Flojea en:
  • Los Joy-Con, en largas sesiones, se hacen incómodos.
  • Puede pecar de “repetitividad” si no te gusta el cooperativo.
  • Algunos héroes están desbalanceados.