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[Artículo] Apartado artístico y la potencia gráfica

En el mundo de los videojuegos siempre surgen las comparaciones, en un panorama donde parece primar la potencia gráfica y los teraflops se ha quedado en el olvido un apartado que trata de mantener viva una de las definiciones más ajustadas a los videojuegos: arte.

El arte es, a fin de cuentas, un producto realizado con una finalidad estética, la percepción de la belleza, pero también tiene como finalidad la comunicación, ya que tras años y años los artistas han intentado expresar ideas y emociones a través de su arte. Pues bien, tras ésta definición, podemos observar cómo los videojuegos encajan perfectamente en el significado de arte, pero ¿Se valora lo suficiente actualmente ese apartado artístico?

Debemos remontarnos al año 1995, donde la gente se divertía con la SNES. En este año se lanzaron dos juegos que sin duda aprovecharon todo el potencial de la máquina, pero cada uno lo usó de una manera diferente. Estamos hablando del DOOM de SNES, un juego que, aprovechando todo el potencial gráfico de la consola, consiguió ser un hito técnico, algo que gráficamente no se veía muy a menudo en esa época. Por otro lado hablamos del Super Mario World 2: Yoshi’s Island, éste juego también aprovechó la potencia de la SNES, pero lo hizo de una manera diferente al anteriormente mencionado DOOM, el popularmente conocido Yoshi’s Island utilizó ese potencial para enaltecer su apartado artístico y el resultado fue un mundo vistoso, colorido y muy vivo. Sin ninguna duda fueron dos grandes juegos, cada uno enfocando la potencia a un apartado distinto, pero ¿Cómo han envejecido éstas dos obras?

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Cuando se potencia el apartado gráfico y se aprovecha todo el potencial de la plataforma, queda un resultado que impresiona, pero al comparar las apuestas por el apartado gráfico entre generaciones, los juegos antiguos salen muy mal parados, es algo normal, ¿no? Ahora veremos el caso de Yoshi’s Island, sigue siendo un juego con mucho color y agradable para la vista, seguimos viendo la expresión artística del autor y continuamos percibiendo los mismos mensajes que en su momento, hace 22 años, nos quería transmitir. Sin duda el apartado artístico envejece mucho mejor que el apartado gráfico.

Hoy en día los videojuegos son una forma de ocio muy socializada, pero a parte de la característica social de un videojuego también posee aspectos mucho más profundos. Los juegos también pueden llegar a ser una herramienta de evasión del mundo real. Vemos el ejemplo del escritor Dereck Buck, el cual afirma que jugar a Zelda: Breath of the Wild le ayudó a sobrellevar la depresión. En efecto una forma de evasión puede hacerte olvidarte por unos instantes de lo que ocurre aquí, en la realidad, pero, ¿Qué se necesita para conseguir ésta evasión?

Jugar en un mundo de fantasía como es Hyrule sin duda ayuda a evadirte, las razones son simples, es un mundo con pinceladas fantásticas y toques de realidad, con problemas ajenos a los del mundo real y, sobretodo, un mundo con un apartado artístico para rememorar, bonito de ver, como un cuadro en el Museo del Louvre, con instantes que te hacen aprender a apreciar diferentes escenas dedicadas al arte. El autor de ésta obra artística tiene una finalidad estética, para que podamos percibir la belleza, y también una finalidad comunicativa, en la que está tratando de expresarnos mensajes y emociones.

Está demostrado que visualizar el arte ayuda a despejar la mente, que leer te abre mundos. Como resultado, un videojuego puede ser utilizado como una especie de retiro, es algo que estás disfrutando y dedicándole, a la vez que te dedicas, un poco de tu valioso tiempo.