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Splatoon 2: El cuarto capítulo de la historia de las Calamarciñas menciona a varios personajes queridos

Cada vez falta menos para el lanzamiento de Splatoon 2 como título exclusivo de la más reciente plataforma de sobremesa de Nintendo, Switch, en la cual esta popular franquicia deleitará a sus fans con nuevos personajes, nuevas características y, por supuesto, una nueva historia.

Sin embargo, hay historias del pasado que todavía resultan de interés para los fans, como lo es la mítica discusión entre las Calamarciñas, quienes como ya sabemos, fueron mejores amigas durante mucho tiempo. Para aclarar un poco esta situación, Nintendo ha compartido en esta oportunidad el cuarto capítulo de su historia, que nos da un vistazo más cercano a su relación.

Podéis encontrar la historia de este cuarto capítulo a continuación:

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que visitaron la Plazuela del Calamar juntas en su tiempo libre? Se pasearon por los establecimientos nuevos y algunas de sus viejas tiendas favoritas. Después de comprobar todos los lugares en los que estaban interesadas, se sintieron hambrientas y se detuvieron en una cafetería para almorzar. Mar pidió una hamburguesa, Tina un cacho de pizza.

En momentos como este, la conversación se dirigía naturalmente al trabajo que habían estado haciendo últimamente. Intercambiaron historias sobre acontecimientos que les habían sucedido en el lugar de trabajo y chismearon sobre sus compañeros. Cada una estaba preocupada por la otra, pero ninguna quería oscurecer el estado de ánimo discutiendo algo demasiado serio. Mar decidió mencionar que había visto a Tina en la cafetería esa mañana. Tina parecía un poco sorprendida, pero comenzó a hablar de su conversación con Adolfrito sin perder el ritmo.

Parece que Adolfrito había renunciado recientemente a su trabajo en Calzapodi. Había sido el gerente de la tienda durante años, pero había soñado durante mucho tiempo con abrir un lugar propio. Un amigo le presentó una nueva oportunidad, y Adolfrito fue a por ella.

“Espero que esté bien”, dijo Tina con cierta preocupación. Siempre ha sido un poco impulsivo.

Según Adolfrito, Némona también había estado buscando nuevas experiencias. Había estado ocupada recientemente, ayudando a decorar armas en Armería Todotinta. Cuanto más lo hacía, más se sentía como si ese trabajo a tiempo parcial que presta tanta atención al detalle encajaba perfectamente con ella.

“¿Crees que Némona y Jairo…?”, exclamó Mar emocionada.

“De ninguna manera”, dijo Tina, sonriendo. “De ninguna manera.”

Resulta que Jairo estaba ocupado, planeando expandir Armería Todotinta a un segundo lugar. Tenía sus ojos puesto en un lugar privilegiado en la parte de la ciudad que se estaba convirtiendo rápidamente en el nuevo punto de encuentro para los Combates territoriales.

“Ese Jairo siempre ha tenido buena nariz para los negocios”, asintieron ambas con la cabeza.

El tema de conversación pasó al Capitán Jibión, más precisamente sobre que ninguna de ellas lo había visto últimamente. Era cierto que sus horarios las habían mantenido demasiado ocupadas para hacerle una visita en condiciones, pero aún así era extraño no haberlo visto últimamente. No había motivo de alarma alguno ahora que los Octarianos se habían vuelto mansos, y pensar en su abuelo les provocó una buena carcajada. Seguramente el viejo pícaro aparecería tarde o temprano.

Se perdieron en la conversación, y el tiempo se pasó volando. Cuando notaron que el sol empezaba a ponerse, Mar y Tina decidieron ir a casa. Recordaron lo mucho que se divertían estando juntas.

Sin embargo, “diversión” no era la palabra exacta. Era más que eso, algo especial que hacía que sus corazones se sintieran llenos.

Sintieron como si las nubes que se habían reunido a su alrededor se hubieran despejado de repente…

¿Qué os parece?

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