[Artículo] Amor por los videojuegos

Artículos

[Artículo] Amor por los videojuegos

Vamos a aparcar durante unos minutos los datos, las cifras y las especificaciones técnicas por las que nos vemos abrumados últimamente y vamos a pararnos a respirar para recordar lo que a día de hoy nos mantiene con esta pasión que lleva por nombre “videojuegos”. Si eres tú uno de esos que, como yo, la siente, quédate.

Tú, que como yo recuerdas aquella sensación de tener tu primera consola en las manos, a una edad en la que apenas sabíamos multiplicar, pero ya éramos capaces de adentrarnos en mundos distintos y hacer frente a todo lo que se nos presentaba. ¿Recuerdas que en aquel momento algo hizo “click” en nosotros para demostrarnos que un nuevo sentimiento duradero se quedaría en nuestro interior?

A los que decidimos evadirnos por unas horas en una realidad alternativa que nos enseñaba que había sueños que se mantenían intactos, mientras otros compañeros de colegio o de barrio optaban por otros hábitos no tan buenos en entornos donde las facilidades no abundaban. Sí, elegimos los videojuegos para seguir creyendo que detrás de la melodía de cada jornada siempre habría alguien con una ocarina dispuesto a tocarla.

A los que tuvimos que aguantar que los mass media culparan a nuestra pasión de la mala educación que algunos padres daban a sus hijos, hasta que se dieron cuenta de que era un negocio importante y decidieron dar a los videojuegos un espacio relevante incluso en sus noticieros con más audiencia.

A aquellos que también soltaron una lagrimita con ese juego especial -tengo debilidad por algunos como Ocarina of Time y Unravel, ¿cuáles son los tuyos?- y son capaces de sentirlos como una historia propia, una marca en su larga vida. Y por aquellos que están, estarán y, sobre todo, por los que por desgracia ya no están y en algún momento nos acompañaron alucinando con nosotros mientras pasábamos esa pantalla que se nos resistía.

Hablo de una pasión hacia un mundo que desde pequeños nos ha dado muchos y muy buenos momentos, y que me da pena que se corrompa. Porque cada vez existen más casos en los que veo que algunos se empeñan en armar una guerra donde muchos encontramos la paz, con disputas y radicalismos absurdos que no hacen más que intoxicar algo tan bonito como esta pasión que muchos sentimos.

Llega Switch y siento emoción, pero la siento con cada nueva plataforma que llega a enriquecer este mundo en el que hemos disfrutado siempre, independientemente de la marca que ponga en el frontal de la consola. Claro que Switch tiene defectos y virtudes, pero me apena ver guerras abiertas por una Internet que ya parece un campo de batalla, con youtubers que se erigen como videntes extremos encumbrando y enterrando a partes iguales a una consola que ni siquiera ha salido –y que una parte de ellos ni llegarán a probar- mientras sus seguidores se tiran piedras unos a otros a niveles que nunca imaginaría. Si amas los videojuegos, esta actuación posiblemente te cause la misma repulsa que a mí.

Siempre comentaré y debatiré con amigos y compañeros las virtudes y defectos de cada consola y compañía, pero con respeto y sabiendo que, tenga la plataforma que tenga cada uno, lo importante es que siga haciéndonos viajar a esos lugares que comenzamos a descubrir cuando éramos niños, con una emoción que a algunos parece que se les está olvidando. Valoremos que todo lo que llegue para sumar nos favorece a todos, independientemente de que luego nos decantemos por una u otra plataforma. Por favor, ya hay demasiadas cosas tóxicas en la era en la que vivimos como para que echemos a perder algo tan bello como esta pasión que nos une.

Si has llegado hasta aquí conmigo, sabrás que todos estamos en el mismo bando. Así que, déjate por un rato de números, teras y frames, borra los insultos, la violencia y la ira. Anda, coge el mando y echemos una partida.