[Artículo] Cuando la Game Boy era el juguete de moda

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[Artículo] Cuando la Game Boy era el juguete de moda

Escribo estas líneas mientras estoy en la Universidad. En estos momentos estoy recordando cómo era la vida en el colegio, cuando ir a clase no era más que una mera molestia para ver a tus amigos. Sí, había asignaturas que no nos gustaban, pero eso no ha cambiado por mucho que hayamos crecido.

Sin embargo, había algo que todos esperábamos con ansias: el recreo. Ese momento en el que podíamos jugar sin preocuparnos de nada más. Entre las clases solíamos jugar a «Tiburón», que consistía en que uno se ponía en medio del campo de baloncesto y tenía que pillar al resto mientras cruzaban de un lado a otro. Quién era cazado se daba la mano con el que «ligaba» y se repetía el proceso hasta que todos éramos «comidos». Si eras listo, cuando el lugar estaba muy lleno de tiburones, atravesabas la muralla por debajo de sus piernas.

Distinto era el recreo del comedor, en el que la modorra nos atenazaba a todos —modorra por la cantidad de comida, no por su sabor— y queríamos hacer cosas más tranquilas. Aquí cobraban protagonismo las consolas portátiles. Y es que solíamos pasar las dos horas libres que teníamos jugando a cualquier videojuego que nos permitiera competir. Entre todos, había uno que destacaba: Pokémon. En mis años de colegio se lanzaron al mercado la segunda y la tercera generación, por lo que fueron ellos los que ocuparon la mayor parte de nuestro tiempo: bases secretas, torneos individuales, dobles…, ¡incluso concursos! Mientras no apareciese el gracioso de turno a desconectar los cables estaba todo bien.

No era ese el único juego que ocupaba nuestro tiempo de ocio. Recuerdo otro que nos tuvo muy enganchados durante muchos meses: Golden Sun. Esta famosa saga de rol de Camelot fue el inicio en el género para muchos de los de mi generación —y para todos los de mi alrededor—. A pesar de que si los vemos ahora no resultan demasiado complejos, sus puzles supusieron auténticos quebraderos de cabeza para unos niños que estaban acostumbrados a que se lo dieran todo hecho.

Las Game Boy —ya Advanced— eran el producto electrónico favorito de cualquier niño. Podías ver decenas de personas jugando si caminabas por la calle. Era increíble. Hoy su puesto lo han ocupado los teléfonos móviles. ¿Cuántos niños no tienen uno? Entiendo que es la evolución natural, que la tecnología avanza, pero no puedo sentir un poco de nostalgia al acordarme de aquella época en la que nuestra única preocupación era derrotar al próximo jefe. ¿Jugarán los niños a juegos tan elaborados en sus smartphones? ¿O estaremos obligándoles a crecer demasiado rápido? Dejemos a los niños ser niños, que mantengan su imaginación todo lo posible.

Entre mis vecinos también estaba de moda. Tuve la suerte de crecer en una urbanización grande y cerrada, lo que supuso que mis padres me dejasen total libertad para bajar. Era un sitio seguro. En ella, entre otras actividades frikis, los vecinos también dedicábamos muchas horas a los videojuegos. Con ellos llegó la Nintendo DS, una revolución. La Descarga DS fue una de las mejores aportaciones que esta consola podía haber hecho para los grupos de amigos. Podíamos jugar juntos aunque solo uno tuviera el juego. ¿Cuántas carreras al Mario Kart DS o luchas por estrellas en Mario 64 DS pudimos hacer? Lo único que me molesta de esa época es que tuve que mudarme unos meses antes de que saliese a la venta la cuarta generación de Pokémon. Menos mal que se desarrolló el juego online y pude seguir jugando, e incluso hice mis pinitos en el competitivo, pero… pero nunca he sentido esa ilusión de estar rodeado de gente que más que jugar está soñando lo mismo que tú.

Espero que aunque la tecnología esté evolucionando al ritmo que lo está haciendo, los niños de hoy en día puedan experimentar esa sensación que tuve yo hace tantos años. Para que luego nos digan que los videojuegos son el diablo, que son malos, o que acaban con las ganas de pensar de las personas. Mentira. Videojuego, ilusión y niñez van cogidos de la mano, y poco a poco, está llegando hasta otras generaciones.

¿Tú recuerdas cuando la portátil de Nintendo era el juguete de moda? ¿Te la llevabas a los colegios? ¿Competías con tus amigos? Déjanoslo en los comentarios.